La política ha mandado al cuerno la candidatura virtual de Miguel Ángel Jiménez para haber sido él, y no Paul McGinley, el capitán de la Ryder Cup.
Su perfil, en mi opinión tras el de Darren Clarke, era el mejor para borrarle la sonrisilla al sexagenario Tom Watson. Este, tras saber que es McGinley su estratega rival, seguirá enseñando a medias su dentadura.
La versión Jiménez no ha prosperado por estas razones: vender la figura de otro español tras Olazábal y por dos años más era demasiado para muchos; su inglés dicen que -a mucha honra- es de Churriana; no se apellida ‘Mc’, sino que el suyo acaba en ‘Z’, y tras romperse la tibia esquiando no pudo asistir a la reunión del Comité de jugadores en Abu Dabi y defender cara a cara su versión.
A pesar de todo este argumentario su nombre sonó en la reunión. Los jugadores del Comité tardaron casi una hora en decantarse por McGinley. Me da que después de Mcginley vendrá, en 2016, Darren Clarke, y para 2018 puede que otro irlandés, Padraig Harrington.
Me temo que hasta que no pase una década no veremos a otro español como capitán de Europa. Ese será Sergio García, y puede que con algún título de Grand Slam. Cruzaremos los dedos.
Autor: Toni Tomas Redactor Agencia EFE