El mundo del golf se paralizó con el putt de Zach Johnson en el 18. El estadounidense buscaba dejar el -15 en Casa Club. Y vaya si lo consiguió. Las cámaras reflejaron la alegría del golfista, poniéndose en cuclillas y levantando su puño derecho, para después agitarlo con fuerza. Sin embargo, no mostró la alegría de Damon Green, su caddie. Es por todos conocida la excentricidad de éste, con celebraciones de lo más inverosímiles –ya lo pudimos ver en el Masters de Augusta de este año–. Ayer se vivió otro episodio más. Green comenzó a bailar en cuento se dio cuenta de que la bola iba dentro, con una toalla en la mano izquierda y la bandera en la espalda. Todo un personaje.






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