Ya resta menos de un año para ser testigos de la próxima Ryder Cup, que se disputará en el Hazeltine National Golf Club de Minnesota. Exactamente 365 días es el tiempo que queda para que eche a andar la competición por excelencia del golf mundial. Pero la batalla comenzó ya con un cara a cara entre ambos capitanes en la propia sede donde se diputará el evento. Allí, ambos deportistas compartieron almuerzo y se retaron con la vista puesta en los últimos días de septiembre de 2016, fecha en la que tiene previsto iniciarse la competición.
Europa llegará a Estados Unidos con el único propósito de revalidar el título conseguido hace un año en el Gleneagles escocés, donde se impusieron al conjunto de las barras y estrellas por un cómodo 16 ½ a 11 ½, y seguir prolongando la época gloriosa del viejo continente en este torneo, donde sólo ha perdido cuatro ediciones de las últimas quince.
Con el actual formato ningún conjunto ha logrado superar nunca las tres victorias seguidas, y el combinado que capitanea el norirlandés Darren Clarke podría escribir su nombre con letras de oro en el caso de volver a casa con la copa bajo el brazo, pues sería la cuarta.
Pero no será nada fácil. Frente a Europa estará un roster cargado de talento capitaneado por Davis Love III, hombre de gratos recuerdos para el golf europeo, pues era también capitán hace tres años, cuando se produjo el recordado “Milagro de Medinah”.
Europa arrancaba la jornada de partidos individuales por detrás en el marcador (10-6) y el domingo los Phil Mickelson, Zach Johnson, Jim Furyk, Tiger Woods y compañía vieron como los europeos les comían la tostada y se alzaban con el triunfo por 14 ½ a 13 ½ .
“Estoy seguro de que el año que viene la atmósfera va a ser eléctrica”, comentó Clarke. “Hazeltine estará a rebosar de personas que apoyarán a los estadounidenses, de eso no me cabe duda. Eso me motiva. Por mi parte, estoy ansioso por jugar aquí”, concluyó.
Love III, al que le une una especial amistad con su homólogo europeo, apuntó que será “un fin de semana muy emotivo” y aseguró que será “una pelea justa” en la que tratarán de llevarse a casa la copa.