Cuando hace un par de semanas les mostrábamos en un reportaje la cantidad de animales a los que los golfistas tendrían que dar cabida en el Campo Olímpico de Marapendi, se nos pasaron desapercibidos dos reptiles que han tenido gran protagonismo estos últimos 14 días sobre suelo carioca: el caimán –Henrik Stenson da buena cuenta de ello– y las serpientes, de las que hoy hablaremos un poco más como consecuencia de la gran cacería que se vivió el pasado jueves en el mismo complejo.
Si bien es cierto que no se trata de la anaconda de las películas, de una pitón o de una serpiente capaz de acabar con la vida de una persona, no debe ser lo más cómodo ir caminando por el campo sabiendo que estas alimañas se encuentran agazapadas esperando el momento en que alguien entre en sus dominios para darle un pequeño susto. Esto mismo debieron experimentar los organizadores que, inmediatamente, desplegaron un numeroso grupo formado por voluntarios –sí, voluntarios, pobres chicos- para atrapar a los animales y llevarlos a zonas más alejadas.
Esta instantánea se captó en las inmediaciones del green del 18 –donde la gran mayoría de personas pasan el día-, y pueden apreciarse hasta cinco voluntarios rodeando al animal. No fue el único reptil atrapado, pero sí el más grande. Por suerte el despliegue resultó efectivo y no hubo que lamentar bajas entre los improvisados cazadores. Con lo poco que les hubiera costado llamar a Frank de la Jungla…
Catching snakes on the #OlympicGolf course… nope, nah, no way, never, absolutely not. pic.twitter.com/0qZjrFhSN3
— Golf Channel (@GolfChannel) 18 de agosto de 2016