El hoyo uno de Chambers Bay fue un calvario para Lucas Glover. El golfista necesitó de cuatro golpes para entrar en green desde poco más de 20 metros y desde el centro de la calle sin obstáculo alguno de por medio. Primero lo intentó con un golpe por alto, en el siguiente el estadounidense no le dio tanta altura, en el tercer intento realizó uno golpe tendido, pero en todos ellos la bola no conseguía alcanzar el green yéndose una y otra vez para abajo. Por fin en el cuarto intento consiguió su objetivo.