Vivimos en un país en recesión económica. Es así, aunque nos gustaría que el decorado fuese otro. La situación crítica no deja títere con cabeza, pues todos los sectores de la economía se ven afectados. El tsunami también afecta al golf y, en concreto, a los torneos profesionales. La última víctima ha sido el Madrid Masters, un rumor a voces que de momento buscará oxígeno hasta el año 2013.
Madrid, Finca Cortesín, Mallorca, Castellón y Valderrama o se han borrado del calendario o están cerca. De siete torneos en 2011 hemos pasado en un año a presenciar tres ya jugados (Open de Andalucía, de España y Cortesín), dos cancelados (Mallorca y Madrid) y otros dos sobre cuerda inestable (Castellón y Valderrama). Y para el año próximo, seguro de toda seguridad solo está el Open de España que auspicia la Real Federación Española de Golf y su patrocinador principal.
La lógica se impone, mal que nos pese. Si los dineros públicos se miran ya con lupa, si no hay recursos ni para que las Autonomías y Ayuntamientos paguen a sus proveedores; con la cifra de parados desbocada, con recortes en la Sanidad pública o en Educación ¿cómo se van a sostener torneos de golf que vivían, en su mayoría, del apoyo institucional?
Me temo que entramos en una etapa de uno o dos torneos por año en nuestro territorio. Como ocurre en Italia, Francia o Portugal, por destacar nuestro entorno, o en la senda de países con tradición golfista como Inglaterra, que solo ha organizado uno este año (PGA en Wentworth) pero, eso sí, muy bien remunerado.
Al calor de los torneos profesionales surgieron paralelamente empresas dedicadas con mucha profesionalidad a organizarlos. Y en su mayoría estos torneos fueron un éxito. Pero los datos macroeconómicos son abrumadores y quizá llegue el turno a estas compañías de intentar la captación de la iniciativa privada por encima de la pública, porque esta última y como vulgarmente decimos está hecha unos zorros.
Creo que esa primera vía, la de la iniciativa privada, sigue abierta, por lo que es cuestión de convencerles de que el golf es un enorme escaparate publicitario en un país como España, cuya demanda interior crece y que es visitado por decenas de miles de turistas cada año en busca de nuestro sol.
Autor: Toni Tomas Redactor Agencia EFE