Mientras algunos o algunas llenan el trofeo conquistado de cerveza, otros son más sibaritas como es el caso de Phil Mickelson que ante la pregunta en sala de prensa este pasado lunes de con que había celebrado la victoria en el pasado The Open, el zurdo contestó que con un buen vino.
Ese buen vino se puede traducir en un Romanee-Conti de 1990, botella valorada en 40.000 dólares. «Una de las cosas que siempre he subrayado es que tenemos que tratar a la Jarra de Clarete con la reverencia y el respeto que se merece y sólo poner cosas buenas en ella. Lo malo no está permitido», dijo Mickelson.
El zurdo de San Diego, que cumplió con la tradición de entregar la Claret Jug después de haberla tenido casi un año dijo: «Me ha encantado tener la Jarra conmigo durante los últimos 12 meses. Las personas que conocen y aman este juego aprecian lo que significa poseer un trofeo de tales dimensiones, y beber de ella. Lo mejor fue una botella de vino Romanée-Conti 1990.» A la pregunta de si sabía cuanto costaba, Mickelson contestó: «I do», dejando las cosas ahí.