Tenemos que remontarnos hasta 1976 en la segunda aparición de Seve Ballesteros en The Open donde contaba con tan solo 19 años de edad. Se disputaba el último hoyo en la ronda final en Royal Birkdale, escenario que acogió la 146 edición del Abierto Británico. El genio de Pedreña se iba a la izquierda entre los bunkers del green del 18 necesitando de approach y putt si quería empatar en la segunda plaza con Tom Watson. Y ahí fue donde vino la magia del cántabro al ejecutar un chip rodado de forma magistral dejando la bola prácticamente dada. Un golpe que es leyenda en los links de Royal Birkdale.