Si ya de por sí la USGA (United States Golf Association) hace todo lo posible para que año tras año los golfistas se encuentren con un US Open la mar de complicado –no hay más que darse una vuelta por el campeonato del año pasado disputado en el criticado campo de Chambers Bay-, lo de este año va a ser una auténtica perdición para los jugadores.
Y es que los deportistas van a tener la dificultad añadida de enfrentarse al temible Oakmont Country Club de Pittsburgh (Pennsylvania), lugar de la famosa victoria del argentino Ángel Cabrera en el año 2007 con un resultado de ¡cinco golpes por encima del par del campo!
Y a tenor de las palabras del vigente defensor del US Open y número 2 mundial Jordan Spieth –que la semana pasada estuvo reconociendo el terreno y dando unos golpes allí- podría darse la situación de que este año volvamos a ver a un campeón con el positivo en su tarjeta.
“Hoy por hoy Oakmont es el campo más difícil de todo Estados Unidos”, reconoció el texano a los periodistas. “Poder conquistar un US Open aquí me daría fuerzas para seguir y decirle a todos que he vencido en la prueba más difícil en el mundo del golf. Sí, sé que normalmente este torneo se caracteriza por su dureza, o al menos eso es lo que dice la historia. Pero este año, de verdad, ganar aquí se antojará más complicado que nunca”, explicó.
Spieth tuvo tiempo de jugar 27 hoyos en Oakmont por todo el recorrido, y a tenor de lo vivido no espera ver muchos números por debajo del par en la clasificación: “Hay tantas banderas complicadas que obtener el par en un hoyo será un resultado fantástico. Yo, de hecho, firmaría ahora mismo conseguir el par al final de los cuatro días”, sentenció.
En tan solo unas semanas veremos si se cumple la visión profética de Spieth. De momento, hay que tener sus palabras en cuenta.