El californiano llega a la parte final de la temporada con escasas opciones de disputar los PayOffs de la FedEx Cup. Sólo una gran actuación le daría el billete para poder asistir al Plainfield CC el último fin de semana de agosto, pero se antoja difícil.
El ex número uno del mundo se encuentra en estos momentos anclado en la 186ª posición de la FedEx, con lo que tendría que dar un salto de más de 50 puestos para jugar The Barclays. Y viendo cómo se ha desarrollado el año parece una misión imposible.
Aunque el estadounidense no se va a rendir antes de golpear. Es más, Tiger aseguró ante los periodistas que no iba a Whistling Straits de vacaciones. “He venido aquí para ganar”, fueron las palabras del americano, aunque las matizó unos minutos después. “Estoy tratando de que mi juego sea mejor de cara a los próximos años. Estoy en el PGA Championship porque quiero seguir progresando”.
Woods llega a la parte final de la temporada con la sensación de que este ha sido un año de transición. Lesiones, cambios de swing, malos resultados… Una combinación de todos estos factores es lo que le ha conducido al puesto número 278 de la clasificación mundial, justo entre Michael Hoey y el desconocido Thanyakorn Khrongpha.
Pero esto es algo que le importa más bien poco al golfista de 39 años, pues reconoce que no sabe en qué posición se encuentra. “Sé que estoy en algún lugar entre los 200 del mundo, pero no le presto atención. Sólo quiero mejorar día a día. Los resultados vendrán solos”.
Es por esto que no se toma el cuarto Major del año como la última oportunidad de su carrera. Ni mucho menos. Confía en realizar un buen papel, pero sabe de las dificultades del campo: “Whistling Straits tiene mucho espacio, tanto en los greenes como en las calles. Ahora bien, si no consigues que la bola vaya donde tú quieras estás en un serio problema”.
Ante la pregunta de los periodistas de qué era lo que el golfista creía que le faltaba para volver a estar con los mejores, Woods lo tuvo claro: consistencia. “Tengo que trabajar en ello. No puede ser que unos golpes los haga muy bien y otros muy mal”. Y advirtió, como ya hizo la semana pasada, que volverá a la élite: “Después de la cirugía en la espalda he tenido que amoldarme a un swing completamente nuevo. Día a día veo progresos y el público comenzará a notarlo muy pronto”.