¿Sabías que?
Aunque se supone que en sus inicios fueron esferas de madera, la bola de cuero rellena de plumas (Feathery ball), fue el primer modelo de bola reconocido en la práctica del golf, y debió de empezar a utilizarse a principios del siglo XVII.
Se fabricaban artesanalmente a base de pedazos de cuero cosido, y seguidamente se rellenaban de plumas de oca o gallina. Después se humedecían o hervían para conseguir un doble efecto: Las plumas internas se expandían, y el cuero exterior se encogía. Con esto se conseguía una bola relativamente compacta. Posteriormente, se daban la forma esférica sobre un tablero con la palma de la mano. Finalmente se pintaban de blanco, y se les aplicaba una pátina exterior de aceite, para protegerlas de la inclemencia del clima escocés.
Su elaboración era tan artesanal, que un ballmaker producía alrededor de 4 o 5 bolas diarias de aquella época.
Son bolas difíciles de encontrar en buen estado, y alcanzan elevados precios en subastas internacionales.
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