El golf buscó insistentemete y durante unos 13 o 14 años, desde 1997, un jugador capaz de contrarrestar la omnipotencia de Tiger Woods. No hubo manera de hallarlo, por más que surgieron nombres de excelentes golfistas como David Duval, Phil Mickelson e, incluso, el español Sergio García.
La ‘Tigritis’ en la primera década del siglo XXI fue tremenda. Tiger alcanzó la cifra de 14 ‘majors’ y su figura, como la del ‘Cid Campeador’, llegó a ser temida incluso cuando desapareció durante semestres tras su crisis matrimonial, en 2009.
Y hete aquí que cuando se decidió dejar de buscar al hombre capaz de asustar al mismísimo Woods, surgió la figura de un joven norirlandés pecoso, con rizos, que iba en su BMW a buscar a su novia adolescente a la puerta del colegio pero cuyo ‘swing’ era ya técnicamente impoluto.
Rory McIlroy, de 23 años, ha levantado ya dos trofeos de Grand Slam (2011 y 2012) y se acaba de convertir en el golfista más joven de la historia en ganar la lista de ganancias a ambos lados del Atlántico, con cinco meses menos que cuando lo consiguió Tiger, en 1999, aunque entonces no le computara como registro oficial por no ser miembro del Tour europeo.
Si no fuera por McIlroy, el californiano Woods, de 36 años, sería en estos momentos el número uno del mundo. Y también, si no fuera por este chico, Tiger seguiría siendo la estrella de Nike, cuyo testigo se lo entregará en breve por el contrato de 200 millones de dólares que Rory o ha firmado ya o está a punto de hacerlo.
La riada de calificativos sobre el golfista de Irlanda del Norte no va a cesar hasta final de año. Y para 2013, McIlroy será el centro de atracción allá por donde pise, con una huella más profunda que la del propio Tiger Woods, mientras el orden en el ránking mundial no se trastoque.
Sería demasiado aventurado empezar a contar cuándo alcanzará McIlroy los 14 Grandes que ya ganó Tiger. Por el momento, el norirlandés va a un ‘Salmón’ por temporada, y desde Seve Ballesteros la verdad es que Europa no tenía a un dominador tan absoluto como esta joven estrella que, como dice Jack Nicklaus, tiene la virtud, sobre todas las cosas, de mantener intactas sus ganas de seguir aprendiendo. Y esa, me temo, que será la llave que le abra más y más puertas en este intrincado mundo del golf.
Autor: Toni Tomas Redactor Agencia EFE