En ausencia de viento, Eduard Rousaud ha instalado su huracanado juego en el Campeonato de España de Profesionales Masculino, que ha alcanzado su ecuador en Gambito Golf Club Calatayud. Dos solidísimas rondas de 7 bajo par distinguen al barcelonés como líder destacado de un torneo que tras 36 hoyos se ha echado en brazos de quienes acumulan currículos deportivos bien nutridos.
Eduard Rousaud y el cántabro Manuel Elvira, a cuatro golpes de distancia, encabezan una clasificación que todavía no muestra diferencias vitales, pero que sin embargo desvela ya la certeza de que para ganar se va a necesitar de grandes dosis de sabiduría y experiencia. Ambos se distinguieron como los objetivos a seguir por su capacidad para repetir, por segunda vez consecutiva, actuaciones donde los aciertos superaron por mucho los tropiezos.
El primero en exponerlo fue Manuel Elvira por aquello de que salió de los primeros de la mañana y de que los horarios de salida destinaron a Eduard Rousaud a impartir magisterio a últimas horas de la tarde. Tercero en las ediciones de 2019 y 2020, el cántabro tiene una especial querencia por el Campeonato de España de Profesionales Masculino que aspira a incrementar.
Hermano de Nacho Elvira, lo que significa familia de reconocidos golfistas por los cuatro costados, se erigió en protagonista matinal del torneo a pesar de que otros muchos también se querían sumar a la fiesta. Su propuesta fue en principio sencilla de describir pero complicada de ejecutar, dos rondas en su caso de sendos 66 golpes que le llevaron a lo más alto de la tabla durante unas cuantas horas.
Peleón pero inconformista –“ay, si me hubiese funcionado mejor el putt”, decía tras entregar su tarjeta-, Manuel Elvira marcó el paso de sus principales rivales desde primera hora de la mañana, rascando pronto beneficios por cuatro veces en su primera vuelta que convirtieron en anecdótico su único error del día en el hoyo 15.
Bien asentado en el liderato a su paso por el hoyo 1, Manuel Elvira se mostró rocoso en su segunda vuelta, construyendo un nivel de 10 bajo par que a la postre resultó inexpugnable durante bastante tiempo para todos sus rivales, incluido un Gonzalo Escauriaza que perdió el liderato adquirido en la primera ronda, pero que aguantó de forma notable el tipo en los segundos 18 hoyos.
Y así pasaba el día y así seguía Manuel Elvira intocable en su promontorio. Pero llegó la tarde y su inexpugnabilidad sí que se vio trastocada por un Eduard Rousaud acaparador de elogios.
Un golf exquisito donde el error se mostró ajeno hasta el último hoyo le permitió ir acumulando éxitos de forma pausada pero constante. Saliendo del hoyo 10, rubricó un primer birdie que tuvo continuidad en el 16, en el 4, en el 5, en el 7, en el 8…, incluyendo entre medias un espectacular y definitivo eagle en el 1 que le dio verdaderas alas.
Era cierto que ni una brizna de aire había soplado durante de toda la jornada, pero también lo es que, en su ausencia, fue Eduard Rousaud quien se encargó de instalar un huracán sobre las calles y los greenes del bello recorrido bilbilitano.
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Fuente: RFEG