Tras el vendaval, llegó la calma, un sosiego meteorológico que ha provocado el reclamo de paso expeditivo por parte de los pesos pesados del Campeonato de España de Profesionales Masculino que se celebra en el Campo de Golf de Logroño. Víctor García Broto, Víctor Pastor, Pedro Oriol… demandan máxima atención a 18 hoyos para la conclusión, situándose en la parte más alta de la tabla como consecuencia de un bagaje profesional más que reconocido a sus espaldas.
También se hacen muy visibles Carlos del Moral, Gonzalo Fernández Castaño, Mario Galiano… a distancia suficientemente corta para incluirles por méritos propios en el noble pelotón de candidatos al título, conscientes de que nuevos aciertos propios y errores ajenos pueden conducirles a levantar el trofeo de campeón.
Y a su lado, inmiscuyéndose en todas esas intenciones de victoria, se cuelan otros jugadores que representan la revolución al poder establecido, los andaluces Emilio Hernández y Mario Garcia, el catalán Marc Sabriá y el amateur riojano Nico Evangelio, que se mantienen a la expectativa por aquello de que, en golf, también se puede soñar.
Por fortuna, al tercer día, el Campeonato de España de Profesionales Masculino recompuso sus costuras en cuanto el viento se fue a otros lares, el molesto culpable de que el torneo haya quedado reducido a 54 hoyos.
Con sonrisas generalizadas en el rostro, los golfistas plantaron cara a una ronda con sol resplandeciente y ligera brisa, condiciones perfectas para que el espectáculo creciese como la espuma. Lo más evidente y emocionante, el baile continuo en la parte alta de la tabla conforme todos entregaban, por fin, su segunda tarjeta completa.
Juan Salama, Sigot López, David Borda, Emilio Hernández… adquirieron por minutos la condición de líderes fugaces, la distinción provocada por una clasificación en continuo movimiento, a la espera de su asentamiento definitivo.
Su satisfacción por el trabajo realizado era breve, conscientes de que los mimbres de la competición se iban a forjar desde media mañana a última hora de la tarde, cuando estaba prevista la conclusión de la jornada de los pesos pesados del torneo.
Y así fue. Uno a uno, de manera lenta pero inexorable, los grandes favoritos al triunfo final iban enseñando sus galones. El primero en llamar a la puerta con más fuerza fue el catalán Víctor García Broto, miembro del Pro Spain Team, cuya brillante regularidad -dos rondas de 66 golpes- le permite mirar a todos sus rivales desde la atalaya más alta. “Estoy jugando bien, pero todavía no hay nada”, reconocía con humildad el líder tras la segunda jornada.
Al acecho, pisándole los talones, se encuentra Víctor Pastor, también miembro del Pro Spain Team y segundo clasificado en el Challenge de España en 2022. El cordobés se descolgó con la mejor vuelta del día, 7 bajo par que generan muchas papeletas para el triunfo final. Un eagle en el hoyo 18 puede ser premonitorio en esos finales apretados que caracterizan desde hace tantos años al Campeonato de España de Profesionales Masculino.
Por su parte, el papel de tercero en discordia lo representó un Pedro Oriol que ansía ampliar su notable palmarés profesional. El madrileño completó la vuelta sin errores para repetir esa propuesta de 66 golpes de Víctor García Broto que se antoja el nivel que deben repetir los mejores para ganar el título en la jornada dominical.
Todo ello bajo la atenta mirada de José María Olazábal, que siguió a lo suyo, sumado dos admirables 69 golpes a su marcador particular. “Cómo juegan, es otra liga”, alababa con sinceridad el maestro vasco, noveno clasificado, un resultado espléndido que confirma, efectivamente, que él juega otra liga, la de quien ejerce magisterio allá donde va.
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Fuente: RFEG