Todos recordarán la polémica levantada en la pasada Ryder Cup cuando salió a relucir que Patrick Cantlay se negó a ponerse la gorra del equipo estadounidense en protesta por no percibir dólar alguno por participar en la competición bienal que enfrenta a Europa y Estados Unidos.
«Si se obtienen ganancias de esto para poder financiar su organización de casi 29.000 miembros (PGA of América) durante cuatro años con las ganancias obtenidas a costa de estos muchachos aquí; bueno, entonces deberían compartirlo o no se les debería permitir hacerlo»; declaraba Stephan Cantlay, padre de Patrick, en Roma hace algo más de un año echando más leña al fuego.
Casi catorce meses después; The Telegraph confirma que los 12 jugadores americanos que tomen parte en Bethpage el próximo año se repartirán casi cuatro millones de dólares. En esa pasada Ryder Cup de Roma cada miembro del equipo recibieron 200.000 dólares para donar a organizaciones benéficas de su elección.
"Son las semanas más increíbles de nuestras vidas, es la cumbre del golf", dice Tommy Fleetwood
Y como es lógico la respuesta por parte de los pesos pesados del equipo europeo no se ha hecho esperar y máxime cuando prácticamente todos ellos, a excepción de Jon Rahm, se encuentran en Dubai donde se disputa el DP World Tour Championship; último evento de la temporada 2023/2024.
«Yo personalmente pagaría por el privilegio de jugar en la Ryder Cup. Las dos formas más puras de competición en nuestro juego en este momento son la Ryder Cup y los Juegos Olímpicos. Ambas tienen pureza porque no hay dinero de por medio. No quiero decir que cobrar empañe el partido; pero le daría una sensación diferente». dijo el norirlandés tras la primera ronda del DP World Tour Championship en Dubai.
«La Ryder Cup es mucho más que eso; especialmente para los europeos y para nuestro circuito. Todos hemos tenido una conversación con Luke durante las últimas semanas. El consenso es que los 5 millones de dólares o lo que sea que se pague al equipo se gastarían mejor en otra cosa del DP World Tour. O incluso para apoyar el Challenge Tour»; añadía.
«La Ryder Cup es un privilegio y es por lo que trabajo. He trabajado para eso durante los últimos diez o quince años, para poder jugar Ryder Cups. He tenido la suerte de participar en dos y vivir experiencias fantásticas en ellas. Me encanta el torneo y solo quiero participar. No me importa si me pagan o no. No, no necesitamos más motivación para ir el año que viene y ganar»; replicaba por otro lado Shane Lowry.
Tommy Fleetwood , por su parte, afirmaba que: «realmente nunca ha pensado en que me paguen por jugar. Es un gran honor ser parte de los 12 que juegan. En cuanto a los muchachos estadounidenses, es cosa suya. Si al final se termina pagando al equipo estadounidense por jugar, no diría que eso cambiaría la mentalidad del equipo europeo. Seguiríamos ahí y daríamos lo mejor de nosotros para ganar un punto y retener la Ryder Cup. Son las semanas más increíbles de nuestras vidas. Es la cumbre del golf».
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