Ni Adam Scott, ni Rory McIlroy, ni tan siquiera Bubba Watson. El mejor putt de lo que va de 2016 ha corrido a cargo de How Ridiculous, un grupo estadounidense de amigos que se encarga de hacer vídeos de lo más inverosímiles. Desde lanzar con jabalinas a una diana hasta jugar con un boomerang al baloncesto, cualquier deporte ha sido tratado por estos chicos. Y esta pasada semana era el turno del golf.
Lo más fácil hubiese sido practicar durante algunas horas un Trick Shot más o menos sencillo pero resultón y grabarlo para deleite general. Pero eso era demasiado fácil. Es por esto que ellos quisieron ir un paso más allá y decidieron hacer una fusión poco antes vista sobre un campo: el golf y los bolos.
Tras un concienzudo estudio de las caídas del terreno, colocaron en el campo los bolos como si de una partida se tratara y cogieron el coche para alejarse a unos 150 metros de la “zona cero”. Desde allí, uno de ellos tomó una bola de bolos y la lanzó con sumo cuidado buscando el strike. Y vaya si lo logró. Los diez elementos cayeron uno detrás de otro para deleite general. A partir de aquí se desató la locura. La celebración está al mismo nivel de la proeza, y no es para menos.