La flota de la Volvo Ocean Race navega hacia el Este bordeando en estos momentos el límite de la Zona de Exclusión de Hielo, el área del océano Atlántico en la que el reglamento les prohíbe entrar para evitar la amenaza de los icebergs, establecida por la organización a través de boyas virtuales. Dicha amenaza no es tan lejana como pudiera parecer: durante la tarde de hoy la flota ha pasado a sólo 75 millas (138 kilómetros) al Sur del pecio del Titanic, que naufragó en 1912 tras chocar contra una enorme masa de hielo cuando hacía la ruta contraria.
Sin embargo, en el día 4 de esta etapa 7 de 2.800 millas entre Newport (USA) y Lisboa (Portugal), no ha sido un iceberg, sino un contenedor de madera, lo que se ha cruzado en el camino de Abu Dhabi Ocean Racing, líder de la general en el que milita el gallego Roberto ‘Chuny’ Bermúdez. Hacia las 0700 UTC, su reportero Matt Knighton comunicaba al Race Control el impacto, señalando que un buceador había tenido que saltar al agua – a algo más de 10 grados- para separarlo de la quilla donde se había quedado enganchado. Si bien no ha producido daños importantes, el suceso ha provocado que los de Ian Walker hayan perdido 4 millas respecto a la cabeza de la flota, Team Brunel y MAPFRE. Y lo que probablemente es peor para ellos, que Dongfeng les adelantara, la peor de sus pesadillas en esta etapa.
«Ahora mismo no pensamos en ganar esta etapa, sino en ganar la regata. La estrategia de Ian, que nos ha dejado muy clara desde el principio, era quedar siempre entre los tres primeros, para, llegado el momento adecuado, dar el impulso final. Ese momento es ahora. Cuantos más barcos pongamos entre Dongfeng y nosotros, mejor», explicaba Matt Knighton, reportero del Abu Dhabi Ocean Racing. Para su desgracia, los franco-chinos parecen enganchados a ellos con pegamento, y navegan a sólo 0,9 millas por detrás.
Once horas después, Abu Dhabi ha conseguido revertir la situación, y ya es tercero, a 1,6 millas de la cabeza, y ha puesto un barco, Alvimedica, entre ellos y su principal rival. Las dos primeras posiciones siguen en manos de Team Brunel, equipo en el que navega el cántabro Pablo Arrarte, seguido de MAPFRE, a sólo 0,6 millas. Los españoles han liderado la regata durante parte de la mañana de hoy, y junto a los holandeses han controlado el frente de manera sólida desde las primeras horas de ayer miércoles día 20.
La buena brecha que Team Brunel había conseguido abrir con la flota hace sólo 24 horas, de 22 millas, ha desaparecido. La misma posición que les ayudó a salvarse de las nubes que han jugado malas pasadas al resto de la flota, les ha quitado dos o tres nudos de viento durante la noche. Alcanzar el límite de hielo, junto al poco viento, ha provocado la compresión de la flota, y en estos momentos sólo 8 millas separan al primer barco, Brunel, de Team SCA, el último.
Por delante les espera viento del Sur de más intensidad en el corto plazo, pero después, será el famoso anticiclón de las Azores, «el de la tele», el que haga acto de presencia. «Los partes que vamos recibiendo del anticiclón dicen que está desplazándose hacia el Norte haciendo que tengamos dos opciones claras: por el norte o por el sur. Esto nos genera un poco de retraso sobre lo previsto para la etapa y entramos un poco en modo ahorro. Nada de que preocuparse, pero sí hay que cuidar ciertas cosas como no dejar la luz prendida o cargando la computadora si es que no se va a usar…», explicaba Fran Vignale, reportero gaucho del MAPFRE.
Desde Team Brunel el santanderino Pablo Arrarte también explicaba que habían comenzado a racionar la comida. De momento la fecha de llegada se estima entre el 27 y 29 de mayo.
El que salga primero de ese anticiclón, comentaba Antonio ‘Ñeti’ Cuervas-Mons, tendrá grandes probabilidades de ganar la etapa.
Aniversario del hundimiento de Movistar
Precisamente Bouwe Bekking, el patrón de Team Brunel, patroneaba hace 9 años el Movistar cuando éste protagonizó uno de los episodios más dramáticos de la regata, y se hundió en el Atlántico Norte.
Sin embargo, el holandés, haciendo gala del espíritu de superación de todo regatista oceánico, admite no haberlo pensado demasiado durante el día de hoy. «No he pensado en ello para nada. En aquella ocasión fue una pena porque habíamos estado preparando el proyecto dos años, sin embargo, no he pasado una noche sin dormir pensando en ello, ni lo haré», afirmaba rotundo.
En duras condiciones meteorológicas, el patrón se enfrentó a la disyuntiva de si intentar salvar su barco, o poner a seguro su tripulación. Optó por lo segundo, y todos ellos fueron rescatados por el ABN AMRO TWO, en el que yacía, además, el cuerpo del fallecido Hans Horrevoets.
Eso sí, Bekking admitía que el aniversario le había servido como recordatorio de los peligros del Atlántico, aunque estaba seguro de que la flota de los Volvo Ocean 65 está mucho mejor preparada y es más robusta para los desafíos del segundo océano más grande del planeta.