El MAPFRE, barco español de la vuelta al mundo más extrema que existe, la Volvo Ocean Race, ha sufrido un agujero en la cubierta a causa de una rotura durante el quinto día de la etapa 4, de 9.700 kilómetros, entre Sanya (China), y Auckland (Nueva Zelanda). El outrigger, un tubo de carbono que permite el correcto ajuste de las velas, se partió, perforando la cubierta del mismo material, y creando una vía de agua directa.
En condiciones muy duras de viento y oleaje como muestran las fotos e imágenes de video, la tripulación patroneada por el doble medallista olímpico Xabi Fernández ha conseguido reparar el agujero, lo que conlleva serrar y taladrar material con el barco en constante movimiento, para después atornillarlo y sellarlo. Una labor para los más experimentados regatistas del mundo, que han logrado llevar a cabo en 5 horas.
Por otro lado, Willy Altadill, navegante de 22 años, hijo del conocido Guillermo Altadill, el español que más vueltas al mundo ha emprendido, ha sufrido una lesión en su mano al golpearse con una polea, que por el momento es difícil de diagnosticar. El médico oficial de la regata, Pablo Díaz Munio, que lo fue también de Edurne Pasaban en tres expediciones al Himalaya, ha explicado por teléfono a la tripulación cómo inmovilizar la extremidad de Altadill, que se estrena en la Volvo Ocean Race. El catalán deberá guardar reposo un par de días para que baje la inflamación, esperando que no haya rotura. De lo contrario, tendría que pasar más de 20 días en pleno océano para que, una vez en tierra, un doctor pueda tratarlo.
La flota ha dejado atrás el Estrecho de Luzón, entre Filipinas y Taiwan, y se dirige hacia las Islas Marianas, donde se encuentra la zona más profunda de los océanos del planeta. Un gran rodeo para llegar a Nueva Zelanda, pero la manera más rápida, por los caprichos de Eolo. Los seis barcos están divididos en dos grupos que navegan paralelos en estos momentos, uno más al norte, y otro más al sur, a 160 millas de distancia el uno del otro. MAPFRE va en segunda posición de la tabla, que refleja la distancia hasta el siguiente paso obligatorio, pero en este caso los barcos que están más lejos podrían acabar adelantándolos por tener un mejor ángulo de viento cuando pongan rumbo directo a las antípodas de España. Éstas quedan todavía a casi 8.000 kilómetros de distancia, que podrían tardar entre 23 y 25 días en cubrir.