Tras una semana de navegación en la que no han faltado roturas, oleaje, vientos enfurecidos y alguna que otra sorpresa, acaban los primeros 7 días de etapa con un cambio relevante que coloca al Team Brunel a la cabeza de la flota seguido del Abu Dhabi Ocean Racing y del MAPFRE.
El equipo con bandera holandesa, liderado por el veterano Bouwe Bekking, aprovechó que era el barco más rápido de la flota (con una velocidad de casi 20 nudos) para pasar a un Azzam que no vivía su mejor noche en aguas del Pacífico pero que no descansa en su intento por recortar la distancia entre ambos, que actualmente es de 14,4 millas náuticas.
Eso sí, en un cambio de vela realizado en plena noche, el proa del Team Brunel -Gerd-Jan Poortman- era lanzado por una ola contra el daggerboard en un hecho que se tradujo en un brazo magullado y en la rotura de un tímpano.
«Incluso aunque vengais a cortarme el brazo, yo navegaré hasta Cabo de Hornos”, comentaba Johnny
El reporte de posiciones de esta mañana venía con noticia de última hora. No sólo el Brunel se colocaba en cabeza sino que el barco patroneado por Ian Walker rompía la llave del J1 y, apenas una hora más tarde, el tangón. Pese a que la reacción de la tripulación fue rápida y eficiente, el problema se saldó con una pérdida de millas y de posiciones.
“El ruido fue tan espantoso que despertó a la parte de la tripuación que no estaba de guardia; y fue tan fuerte que provocó una sacudida en todo el barco. Navegando por el Pacífico a 20 nudos hizo que en cuestión de segundos, cada pelo de nuestro cuerpo se erizara con la onda de esa sacudida. Eso sí, la parte más impresionante de este momento de rotura fue lo rápido que todo el mundo reaccionó”, explicaba esta mañana el OBV del Azzam, Matt Knighton.
La mayor intensidad de viento la registraba esta mañana el MAPFRE con picos que alcanzaron los 21 nudos. El equipo español, patroneado por Iker Martínez, hacía frente a la rotura vivida a bordo días atrás con un buen trabajo de la tripulación y centrándose en su rumbo y en los barcos de cabeza. Actualmente la distancia entre los españoles y el barco de cabeza es de algo más de 31 millas.
Pero no sólo el Abu Dhabi Ocean Racing (y días atrás el MAPFRE) era víctima de las roturas a bordo sino que los problemas han llegado también Dongfeng Race Team.
Durante la pasada noche, el equipo chino tuvo problemas con el sistema de bloqueo de la driza provocando anomalías en el J1. La apuesta por un J2 en un ángulo poco idóneo para su uso hacía que el equipo saliera del paso pero perdiera millas respecto al resto de la flota.
“Quisimos cambiarlo antes pero en Sanya nos dijeron que estaba bien y que todo a bordo estaba en buen estado”, comentaba Charles Caudrelier a su OBR, Sam Greenfield.
En su conjunto, y tras los últimos acontecimientos, las tripulaciones siguen manteniendo su rumbo hacia Auckland y se centran en trabajar mucho y en hablar poco. De todo ello puede dar buena cuenta Horace (Chen Jinhao) uno de los tripulantes más jóvenes y más comprometidos del Dongfeng y quien en el día de hoy cumple 23 años.
En palabras del OBR del equipo, Sam Greenfield, Horace “es todo un caballo de batalla con la energía y el vigor de Jack Russell. Siempre es uno de los primeros en subir a cubierta y jamás llega tarde a una guardia. Tal vez no es el sueño de un periodista pero, de nuevo cabe decir que son muchos los que no lo son”.
La rutina del tripulante chino hace gala del mantra que en la jornada de hoy se aplican todos los equipos: “Trabajar mucho y hablar poco”. Las condiciones meteorológicas que están por venir no prometen ser muy favorecedoras y los equipos, poco a poco, comienzan a agruparse. En este punto, las estrategias de las tripulaciones juegan un papel crucial.
En el Team Alvimédica y en el equipo de las chicas, el Team SCA, las cosas no han cambiado demasiado y se podría decir que a bordo de estos dos barcos la vida ha sido algo más tranquila que para el resto.
Así y si bien en el Team Alvimedica comienzan a centrarse más en su navegación que en los resultados de los demás; en el Team SCA no sólo hacen frente a los roles del viento sino que tratan de adaptar sus relojes biológicos a los horarios del “otro lado del mundo”.
“Desayunamos a las 17.30, almorzamos a las 01.30 y cenamos a las 09.30 horas”, apuntaba divertida Anna-Lena Elled.
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