Un auténtico experimento psicológico. Así se refería el reportero a bordo del equipo de bandera turco-americano Amory Ross a los tres días que la flota ha pasado sin viento -parados en muchas ocasiones-, en medio de la Bahía de Bengala, la más grande del mundo. Con los barcos convertidos en auténticas sartenes en las que los tripulantes creían cocinarse a fuego lento, rodeados del silencio más absoluto, sin nada a la vista que no fuera el agua que brillaba espesa como mercurio, todos se preguntaban hasta cuándo se alargaría esta etapa 3 entre Abu Dhabi y Sanya.
Una respuesta que sólo el viento sabe contestar, el que ha aparecido por fin, durante la noche de hoy, en forma de Monzón (NE). Aun así, no ha sido fácil navegarlo, y los equipos han pasado las últimas horas saltando de chubasco en chubasco, de nube en nube, intentando descifrar cuál llevaba viento, y cuál no. Y han aprovechado también para darse una ducha de añorada agua dulce.
«Aproximadamente a las 4:00 UTC (05:00 hora española) Rob avistó una buena línea de viento, y llamó a todos a cubierta para cambiar de MH0 a J1. De unos tímidos 6, 7 nudos a unos potentes 14. Creemos que éste es el viento que nos va a hacer llegar finalmente a el estrecho de Malaca que tan inalcanzable parece ser. Unas 250 millas nos separan y ¡Estimamos que estaremos allí mañana por la tarde!», explicaba esta mañana Fran Vignale, el argentino que ocupa la posición de reportero a bordo en el MAPFRE, que va segundo. Junto a Team Alvimedica y Team SCA, los de Xabi Fernández son los que más terreno han ganado, unas diez millas náuticas, durante las horas sin luz.
Dongfeng Race Team sigue dominando a unas 65 millas náuticas por delante de MAPFRE, y tercero es ahora Abu Dhabi Ocean Racing, gracias al terreno que ha perdido Team Brunel durante la noche- casi 13 millas- tras haber apostado por colocarse al norte de la flota. Justamente lo contrario de lo que ha hecho el líder, que se ha situado más al Sur, y que ahora ha vuelto a cruzar al centro.
A bordo del barco emiratí su reportero a bordo Matt Knighton se quejaba de la dificultad de predecir el viento en esta zona del globo: “Los modelos meteorológicos aquí no son muy fiables. Para llegar al paso obligatorio de Sumatra tendremos que ir lo más al Este posible. MAPFRE estaba más al Este, y es el que más ha avanzado», señalaba.
Con el aumento de la brisa ha mejorado también la moral de las tripulaciones, que han superado además la marca de las 2.000 millas hasta la meta, Sanya. Pero de momento no piensan más allá del Estrecho de Malaca. Saben que pasarlo no es un mero trámite, sino una operación complicada -la más complicada de la vuelta al mundo a vela según algunos de los veteranos- que les puede llevar entre dos y tres días.
En esta franja de agua que separa Malasia de Sumatra (Indonesia), de 800 kilómetros de longitud y 2,8 kilómetros de anchura en su zona más angosta, encontrarán decenas de mercantes, cientos de pescadores, bancos de arena, y corriente, mucha corriente. Tanta, que de no haber viento suficiente para cruzar, algunos regatistas ya han mencionado que no descartan tener que echar el ancla para no ir marcha atrás. La organización ha establecido zonas de exclusión para evitar al tráfico marítimo. Y para poner la guinda al pastel navegacional que es este tramo de mar, en la zona se ha detectado en los últimos meses actividad de piratería que, si bien se dedica a pequeños robos, hará que los Volvo Ocean 65 mantengan los ojos aún más abiertos, si es que es posible.
En estos momentos se dan diferencias de intensidad de viento importantes en la flota, de los 5 nudos de MAPFRE a los 16 de Dongfeng Race Team. Conforme avancen hacia el Este, hacia el Gran Canal de entrada al estrecho, aquél aumentará hasta situarse en el rango de los 15 a 25 nudos. Algunos chubascos dispersos en la zona podrían provocar que se rebasaran los 30 nudos, acompañados de olas de 2,5 metros. A partir de mañana domingo por la tarde -efectivamente, cuando estén en Malaca- se anuncia menos viento, que podría bajar incluso de los siete nudos.
Todos esperan como agua de mayo, o de enero en este caso, llegar al Mar de China, donde, además, les aguarda un monzón reforzado. A partir de entonces atacarán el sprint final, una ceñida hasta Sanya, donde se espera que lleguen entre el 27 y el 28 de enero, aunque esto, de momento, sólo son aproximaciones.