El Volvo Ocean 65 Team Vestas Wind, embarrancado el 29 de noviembre en el archipiélago de St. Brandon, ha sido ya retirado y ayer lunes se dirigía de vuelta a Europa vía Mauricio y después Malasia.
Tras tres días de planificación, el barco fue reflotado y sacado del arrecife el domingo por la noche. Seguidamente fue izado a un mercante de Maersk, segundo paso de una operación que podría acabar con la reconstrucción del barco.
El jefe de tierra de Team Vestas Wind, Neil Cox, y su patrón Chris Nicholson han supervisado las labores de recuperación del barco de la roca en la que estaba encallado.
El Director de Operaciones de Volvo Ocean Race, Tom Touber, ha explicado que todo ha sido posible y realizado con éxito gracias a una cuidadosa planificación de antemano que ha contemplado varias posibilidades y estudiado cada una de ellas.
«El plan por el que nos inclinábamos, que era sacar el barco tan intacto como fuera posible, ha funcionado», explicaba.
Además, Touber ha querido dar las gracias al proveedor de transporte de la regata, Maersk Line, así como a la compañía de rescate de barcos, Svitzer, todos los cuales han jugado un papel esencial en la operación. «Han colaborado de manera excepcional. Es un sueño trabajar con ellos», añadía Touber. «Tanto para nosotros, como para los patrocinadores del barco, Vestas y Powerhouse (sub-esponsor), era fundamental dejar el medio ambiente tal y como nos lo encontramos en esta parte del mundo».
El Director de Marketing the Vestas, Morten Albaek, se unía a los agradecimientos a Maersk Line y a los residentes de la isla que han ayudado en la operación.
«Para nosotros, la parte medioambiente de este proyecto era fundamental. Y hemos cumplido la misión. Antes de la salida de la etapa 3, el 3 de enero, anunciaremos si hay posibilidades de volver a la regata este año».
Respecto a la operación de rescate, Cox explicaba que hemos tenido que balancear levemente el barco y rehacer el timón. Teníamos que ser muy cuidadosos
«Hemos tenido mucha suerte de la relación que se ha creado con los habitantes de la isla», explicaba Neil Cox. «Hemos trabajado con ellos, de lo contrario no hubiéramos podido llevar a cabo el trabajo.
«Han pasado todo el día con agua hasta las rodillas y las olas rompiéndoles encima, llevando botellas de oxígeno para que pudiéramos cortar la quilla, nos han ayudado a anclar el barco pues de lo contrario todo se hubiera empezado a mover por el arrecife».
Cox es precavido a la hora de valorar los siguientes pasos a tomar. El barco será sometido a exhaustivo examen en Malasia antes de ser enviado a Europa, para su potencial reconstrucción en Italia.
«Hace una semana la luz al final de túnel cada vez era más pequeña. Pero lo que hemos conseguido sacar del arrecife nos da esperanzas».
Y añadía: «No voy a decir que es fantástico claro está, pero es a piedra fundacional, y es bastante para que veamos una pequeña luz y para trabajar duro e intentar poner todo en marcha otra vez».