Una carrera de velocidad navegando amurados -recostados- a babor hasta el martes de la semana que viene, en dirección al océano más frío del mundo, el Antártico. Ésta es la situación actual de la flota de la Volvo Ocean Race en el tercer día de la etapa 5, la legendaria, la que les llevará a doblar el Cabo de Hornos en unas jornadas.
Tras navegar con los restos del ciclón Pam durante las últimas 24 horas, los barcos progresan ahora en ceñida, hacia el viento, con entre 22 y 26 nudos del Sureste. Lidera la flota de seis el equipo de bandera turco-americana Team Alvimedica, que ha conseguido adelantar a Team Brunel colocándose más al norte y ganar terreno durante la noche, mientras que MAPFRE es quinto, por delante de Dongfeng. El barco más al sur es ahora Abu Dhabi Ocean Racing, que va tercero, mientras que Team SCA ha ganado terreno en las últimas tres horas por el centro de la flota y es cuarto.
La alta presión al Sureste de Nueva Zelanda que amenazaba con atraparlos finalmente parece que no lo hará, pero el viento se les pondrá de cara en unas 24 horas. «Quien antes conecte con este cambio de viento, conseguirá ganar terreno», explicaba Gonzalo Infante, jefe de meteorología de Volvo Ocean Race, esta mañana. La cuestión ahora no es de estrategia, sino de quién lleva mejor el barco. Y de qué posición, si más al norte de la flota o más al sur, será la más conveniente cuando suceda el role.
Las condiciones a más largo plazo, de aquí a unos cinco días, son más difíciles de predecir, pues cada vez están más cerca del imprevisible océano Antártico, el más frío del mundo, cuyas aguas están a una temperatura de entre 10 y -2 grados. Aquí más que nunca, mantenerse bien atado y no caer al agua es vital para las tripulaciones: en aguas a cero grados, la hipotermia puede matar a una persona en 15 minutos. Por si fuera poco, las tormentas en esta zona del planeta se forman súbitamente, por lo que los modelos meteorológicos no acaban de acertar. Es aquí, también, donde icebergs del tamaño de edificios se desplazan a velocidades de dos kilómetros por hora.
En cualquier caso, las tripulaciones disfrutan ahora del descanso que les ha dado el oleaje, que ha disminuido respecto a ayer. «Los días pasados han sido para mí personalmente horribles», explicaba Fran Vignale, reportero a bordo del MAPFRE. No ha encontrado consuelo en su colega Antonio «Ñeti» Cuervas Mons. “Serán unos 10 días bien complicados y pasaremos frío como nunca lo hemos pasado antes”, afirmaba el cántabro.