
En Medinah se rozó el domingo la ‘tragedia’. Rory McIlroy no aparecía por el recinto. Diez minutos antes de su salida desde el ‘tee’ del uno, el norirlandés llegó escoltado por la policía. Del coche, a la carrera, se dirigió al ‘putting gren’. Dio unos ‘putts’, se tomó dos barritas energéticas y McIlroy se presentó en el ‘tee’ del 1 a la hora fijada para jugar contra Keegan Bradley.
José María Olazábal le dio un abrazo allí mismo que pasará a la historia de los abrazos de alivio.
El motivo del retraso, según la cadena NBC Sport, se debió a que McIlroy estuvo viendo la televisión por la noche y vio en el Golf Channel que su salida era a las 12.25, cuando oficialmente salía una hora antes.
Si McIlroy se hubiese demorado menos de 5 minutos al ‘tee’ del 1, habría perdido el hoyo. De retrasarse más de 5 minutos, Rory habría sido descalificado.






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