La santanderina Ruth Beitia, de 33 años, logró por fin su gran salto. No fue el más alto de su vida (hizo 1,97 y ella acredita 2,02), pero le valió para ganar el oro en los Europeos de Helsinki, en lo que supone su primera gran medalla al aire libre tras haber hecho seis podios en pista cubierta.





