¿Es un cazador? ¿Es cocodrilo Dundee? No, es Henrik Stenson. El golfista sueco está de enhorabuena, pues a la Jarra de Clarete conseguida el mes pasado en Royal Troon ha sumado una medalla de plata en unos Juegos Olímpicos a su ya brillante palmares. Sin embargo, el pasado fin de semana no todo fueron facilidades para el jugador nórdico –y no lo decimos por el bogey en el 18 que le privó de luchar por el oro-, que encarando el sábado la parte final del recorrido en la reserva de Marapendi se encontró en uno de los estanques con un caimán.
Ni corto ni perezoso –y conociendo el poco miedo que el escandinavo tiene a estos animales- se acercó a él y, como éste tenía la cola dentro del campo, ¡utilizó uno de sus palos para conseguir que el reptil se marchase dentro del agua! Las redes sociales comenzaron a llenarse poco a poco de comentarios que definían a Stenson como si de un temerario se tratase. Y lo cierto es que tenían parte de razón, pues el golfista de 40 años asumió muchísimos riesgos en su incursión.
El hecho no pasó desapercibido para los periodistas que se encontraban en la zona de prensa habilitada en el Campo Olímpico, que le pidieron explicaciones a Stenson por lo sucedido. “Lo cierto es que lo vi ahí y me animé a hacerle unas cosquillas con el wedge para conseguir que se fuera. Y lo logré. Pensé que podía manejar a un animal de ese tamaño, si llega a ser el doble de grande probablemente habría tenido que tirar de los hierros más largos”, comentó entre risas el jugador. “No era muy grande. Estaba en la posición perfecta para mí”.
No es la primera vez que el golfista protagoniza un episodio curioso desde un obstáculo de agua. En el año 2009, Stenson se quedó en calzoncillos para salvar el bogey en el CA Championship disputado en Miami con un golpe desde el agua. Cocodrilos a Stenson… ¡Ja!
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