Foto: @Luke_Elvy
A pesar de que históricamente siempre se ha catalogado al PGA como el “más flojo” –en términos de dificultad- de los cuatro Majors, en esta edición todo lo que pensábamos del último Grande de la temporada podría saltar por los aires “gracias” a la inclusión de la renovada “Milla Verde”. Tres últimos hoyos preparados a conciencia para este evento que están haciendo las delicias de los espectadores y se están convirtiendo en el escollo a superar por parte de muchos jugadores. Y es que muy pocos han conseguido salir indemnes de aquí.
Jugar a la defensiva no es descabellado en ninguno de los últimos tres greenes a tenor de lo complicado de su holografía… y del agua, una posibilidad real ya sea en los pares 4 del 16 y el 18 o el larguísimo par 3 del 17. Para que se hagan una idea de lo complicado del asunto: nadie consiguió más de un birdie en este tramo final, con algunos auténticos dramas como el doblebogey, bogey, doblebogey de Sergio García, los tres bogeys de Bubba Watson y Ross Fisher o los dos de Jon Rahm que les alejaron de los primeros clasificados.
Los tres hoyos más difíciles de todo el PGA Tour que en la primera ronda demostraron su fama. Y lo peor puede estar por llegar, pues si con un tiempo bueno se han logrado resultados verdaderamente altos, no nos queremos ni imaginar cuando empiecen las lluvias y el campo se muestra cada vez más y más pesado.