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El jugador de Florida suma su segundo Mejor y se confirma como uno de los mejores del mundo. Foto: @usopengolf
Ni tanto ni tan calvo, que diría el refrán. Tal y como les informábamos hace unas horas la USGA terminó reconociendo su error al haber puesto unas posiciones de bandera terribles para las condiciones en las que se encontraba el campo el sábado. Y, como mucho nos temíamos, esto también ha tenido consecuencias en la ronda dominical, prefiriendo la organización relajarse con la dificultad y cesar un poco las críticas que se habían ganado con todo merecimiento. Sin embargo, el mal ya estaba hecho.
Porque por mucho que hayan intentado que los jugadores abandonaran Shinnecock Hills con un buen sabor de boca, este edición será recordada como aquella en que la USGA intervino descaradamente en el resultado, dando emoción en la jornada del movimiento a un torneo que hasta ese momento había dominado con mano de hierro Dustin Johnson (70 golpes, +3). El de Columbia, haciendo una de las mejores vueltas de lo que va de año, se fue con un +7 en el día y jugadores sin apenas opciones de triunfo en ese momento como Brooks Koepka (68 golpes, +1) pescaron en río revuelto para engancharse al torneo.
El isleño aguantó las embestidas del campo y se despidió con un T36. Foto: @PGATour
Tanto es así que el jugador de Florida, que defendía el título conseguido hace doce meses en Erin Hills, se ha acabado imponiendo después de entregar una cartulina con cinco birdies y tres bogeys y aventajar en un impacto al inglés Tommy Fleetwood (63 golpes, +2) -estuvo muy cerca de hacer historia al ser el primer jugador en anotarse un 62 en una jornada del US Open– y en dos a DJ para sumar la tercera victoria de su corta carrera en la mejor gira del mundo -tiene en su palmarés más Major que torneos ordinarios-.
Una victoria cocinada a fuego lento que ha vivido en el 16 uno de los momentos determinantes después de que Koepka aprovechara el par 5 para sacar el birdie y Johnson no pudiese hacer lo propio, generándose una distancia de tres impactos que resultó definitiva en el devenir de un campeonato envuelto en la polémica. Precisamente, uno de los más críticos con él ha sido Rafa Cabrera-Bello (73 golpes, +13), quien ha acabado sellando un T36 después de un último día con cuatro errores y un solitario acierto para alejarse a seis golpes del deseado Top 10.
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