Hay jugadores que no se resisten a dejar de jugar al golf incluso cuando está nevado y el agua y la nieve se convierte en hielo. Como éste quién sin dudarlo cogió el driver, hizo un tee con la nieve y colocó bola. Lo que no consideró fue el factor del campo ni las consecuencias al intentar golpear la bola en ese estado, lo que se transformó en un tremendo porrazo que dio con toda la cara sobre el hielo y las gafas rotas.