La trágica historia de Pablo Martín que no conoce fin: “Llevo dos años y medio sin ver a mis hijos”

Tras una disputa con la que fue su pareja por culpa de una presunta infidelidad, su vida ha cambiado por completo en los últimos tiempos

El malagueño tiene ante sí un complejo caso judicial en Suecia que lleva arrastrando desde hace años.

Iba para gran estrella del Golf. Era un alumno aventajado y lo demostró desde sus orígenes, ganando con 15 años el British Boys y, cuando todavía no había cumplido los 20, haciendo lo propio en el Estoril Open de Portugal siendo todavía un amateur. Este debía haber sido un punto de inflexión en su carrera. En ese momento Pablo Martín Benavides se convertía en el único aficionado del European Tour en ganar un evento -unos años después lo haría también Shane Lowry con el abierto de su país- y multitud de marcas y medios de comunicación comenzaron a tocar a su puerta. 

Fama, dinero y juventud. Pablo lo tenía todo para triunfar en este deporte, sobre todo cuando logró llevarse a casa el Alfred Dunhill en 2009 y repitió triunfo sólo un año después. Pero todo se torció en el año 2013, cuando el malagueño decidió trasladar su residencia a Estocolmo tras perder la tarjeta del Tour para estar con su por entonces pareja en el que era el nacimiento de su primer hijo. “Estoy intentando cuadrar las cosas y poner el juego fino”, dijo por aquel entonces el andaluz cuando emprendió rumbo al país escandinavo. 

Lo que no iba a imaginar nunca es que esta decisión le acabaría marcando la vida. Y es que según hemos podido conocer hace unas horas gracias a una entrevista publicada por el diario Marca, la vida de la otrora promesa ha dado un giro drástico en el último lustro. “Estoy tirado en la que era casa de mi abuela, viviendo con mi hermano. Intento rehacer mi vida y concentrarme, pero no puedo. El Golf lo tengo bastante abandonado”, reconoció. La razón de todo es que lleva dos años y medio sin poder ver a sus hijos por culpa de un desencuentro con Josefine, la madre de sus hijos. 

“Me marché a jugar un torneo y descubrí que me estaba engañando a través de una página de internet. Entonces cometí el error de decírselo por Skype. Ella lo negó y comenzó a acusarme de haberlos abandonado. Le pedí que pasara lo que pasara con nuestra relación no metiera a los niños, pero enseguida los usó como arma. O no me los pasaba por teléfono o cortaba la llamada cuando estaba hablando con ellos. También le dijo a mi familia que me quería suicidar o que era agresivo”, continuó.

“Al volver a Suecia descubrí que se había ido de casa, con nuestros hijos, y que había cambiado la alarma. Viene la policía y me interroga. Acabo en un hotel, porque no puedo estar en mi domicilio. Efectivamente, denuncia que yo abusaba de los niños. Se abre un protocolo, que es como si se abrieran las puertas del infierno. Además, había hablado con todo el mundo y les había convencido», se lamentó. Una situación que ha provocado que siga sin poder ver a sus hijos y que continúe sin volver al Golf, la que ha sido su vida. “No puedo hacerlo sin saber dónde están”, sentenció.

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