A pesar de que el Comité Olímpico Internacional ha intentado evitarlo a toda costa desde hace semanas, el desenlace no podía ser otro: los Juegos Olímpicos no tendrán lugar en el verano de 2020 en Tokio. La pandemia del coronavirus que ya se ha desatado alrededor del mundo -al contrario que en Asia, donde se originó, que parece estar controlada- será la causante en las próximas horas -todavía no se ha oficializado– de que la cita por antonomasia del deporte mundial se cancele por cuarta vez en toda la historia -aunque será la primera no ocasionada por un conflicto bélico-.
La primera de ellas, en 1916, tuvo la Primera Guerra Mundial como origen de la suspensión -máxime cuando estos iban a disputarse en Berlín-. Tuvieron que pasar 24 años para asistir a la siguiente cancelación. Fue en 1940 -casualmente en Tokio, como ahora- cuando el inicio de la Segunda Guerra Mundial hizo que el COI suspendiera el evento. Así como los de 1944, que iban a tener Londres como epicentro del deporte mundial y que finalmente no pudieron disputarse. No será así en esta ocasión.
Y es que el COI se ha fijado un plazo de cuatro semanas para acordar con el gobierno japonés una nueva fecha para celebrar la prueba, habida cuenta del desbarajuste económico que se va a producir -todas las obras estaban estipuladas para ser finalizadas en las próximas semanas y la Villa Olímpica iba a ser ocupada por ciudadanos una vez celebrado el evento- y de las numerosas trabas que tendrá ahora para resolver las diferentes clasificaciones para las disciplinas.
Sea como fuere, el mundo del Golf libera así dos semanas del calendario para poder jugar con ellas en caso de que se decida utilizarlas para reubicar los Grandes. No hay mal que por bien no venga.