Fue uno de los temas candentes durante toda la semana pasada. La victoria de Phil Mickelson en el PGA Championship después de una última bandera en la que cientos de aficionados estuvieron dentro de cuerdas con el consiguiente enfado de Brooks Koepka, provocó multitud de reacciones en el planeta Golf. A favor y en contra, diferentes personalidades de este deporte salieron a la palestra han explicado las posturas de que esto sucediera sobre la hierba del Ocean Course. Y, como no podía ser de otra manera, esta semana le ha llegado el turno a Jack Nicklaus, maestro de ceremonias del Memorial.
“Es algo que he vivido en primera persona en varias ocasiones. En el British me atropellaron en varias ocasiones cuando gané en St. Andrews en 1970 y en 1978”, comentó el Oso Dorado al ser preguntado en la rueda de prensa previa al inicio del torneo. “En ese momento lo critiqué mucho, pero echando la vista atrás he de decir que fue una experiencia agradable”, señaló el ganador de 18 Majors. “Puede que como jugador te asustes un poco, pero es una sensación increíble sentir el cariño de la gente”, añadió.
“En 1980, cuando gané el US Open en Baltusrol, los fans nos acompañaron durante el último hoyo y tuvimos que luchar para llegar al green. En algunos momentos me preocupó que me pudieran lesionar. No paraban de golpearme el hombro para darme ánimos. Sin embargo, ahora lo miro con perspectiva y esbozo una sonrisa. No creo ni que sea alarmante ni que se deba de hacer nada al respecto. ¿Que habrá algún idiota que intente hacer algo estúpido? Seguro. Pero el 99,9 por ciento de la gente está emocionada por estar allí y poder seguir al jugador”, continuó.
Preguntado por si está preocupado por si pudiera ocurrir algo así en Muirfield Village este domingo, Nicklaus le restó importancia: “No necesitamos que eso pase aquí. Tenemos suficiente espacio en todo el 18 para que la gente pueda moverse sin tener que meterse en la calle”, sentenció la leyenda norteamericana.