Llegas a esa cancha de prácticas con su alfombra en un perfecto horizontal, con tus 80 bolas preparadas para ser golpeadas, entre bola y bola no tendrás que andar cargando o empujando tus palos y con muy poco tiempo entre golpe.
En realidad, el golf es, quizá, de todos los deportes, en el que la cancha de entrenamiento y los entrenamientos están más alejados de lo que en realidad es el juego en el campo.
Jugamos con bolas diferentes, damos 15 golpes seguidos con un mismo palo, si estamos chipeando, ejecutamos el mismo golpe, desde la misma posición, bola tras bola, cuando entrenamos el putt lo hacemos con 3, 4 o más bolas. Y esto está bien, cuando se trata de trabajar la técnica y desarrollar una mecánica en el swing. Pero deja de ser tan efectivo cuando queremos entrenar el lado mental.
Nuestro cerebro necesita entrenar todos los retos que nos podemos encontrar en una partida. En el golf, prácticamente, no repetimos el mismo golpe nunca y la presión está presente en cada uno de ellos.
Golpes con agua, fuera de límites, en stance complicados, con la bola en una chuleta, bunkers, árboles, calles estrechas… y así la lista puede ser eterna.
ENTRENA CON POCAS BOLAS
Realiza entrenamientos donde tú mismo te puedas generar situaciones de una partida real.
Después de calentar bien, comienza con tu drive, como empezarías en el hoyo 1 de tu club. Elije el siguiente palo que utilizarías y así continuamente. Hoy en algunas canchas de prácticas tienen máquinas que te reproducen campos legendarios de todo el mundo. Os aseguro que es un reto entrenar así y, a la vez, muy divertido.
Así que trata de dar un golpe por palo y cada 5, como mucho, vuelve de nuevo al Drive.
Intenta golpear la bola con objetivos concretos y siempre diferentes. Trata de ejecutar diferentes golpeos que pueden surgir en cualquier partida.
Si eres de esas personas que sacan 5 bolas para patear cuando entrenas el putt, he de decirte que estás “malcriando” a tu mente. Utiliza una sola bola, como lo harías en el campo. Pegando bolas desde el mismo lugar lo único que va a conseguir es que te des cuenta que tienes la facultad de rectificar el golpe anterior errado. Y eso para jugar en el campo es muy poco útil.
Entrena con una sola bola y cada golpeo en situaciones diferentes. Lee el green como lo haces en el campo, coloca tu marca y tu bola.
Crea, genera y ejecuta tu rutina pregolpe, haz de ello una preparación para que tu mente ponga foco en lo que en ese momento toca y elimine la tensión cuando estés jugando.
Veo todos los días a jugadores con un buen número de bolas pegando el mismo golpe en la zona de chipeo. Dan 20 o 25 bolas y llegan a dejar muchas de ellas muy cerca de la bandera. Pero luego en el campo el resultado suele ser muy diferente.
Este entrenamiento también es válido, pues genera técnica y, sin duda, automatización. Pero si además quieres generar fluidez y confianza, realiza entrenamientos también con una sola bola en el chipeo. Ir a por la bola cada vez que golpeas es bastante más real que dar 20 bolas seguidas desde el mismo lugar.
En definitiva: cuantos más entrenamientos hagas que se aproximen a la realidad de una partida, tu preparación mental será más óptima para afrontar cualquier tipo de situación en el campo.
Desde luego que es importante generar un buen hábito en el swing desde la parte más técnica, pero de nada vale si ese swing es entrenado sobre una alfombra bien planita, sin rough, barro, chuletas, bunkers o cualquiera de los cientos de imprevistos que hay en un campo.
¡¡¡¡¡Dale con conciencia y HAZLO REAL!!!!!
A disfrutar de un verano lleno de golf.
David Espinosa es Coach Deportivo y facilitador de procesos en equipos. Además de un apasionado del golf e investigador de todo el backstage que implica este gran juego en la parte mental y emocional.