El paro es un drama circundante, cotidiano. Está muy cerca de nosotros. Tanto, que los que aún conservamos un puesto ni nos atrevemos a aventurar por cuánto tiempo. Muchos, de los más de 5 millones de personas en España sin empleo, son o han sido golfistas en su mejor momento. Yo mismo sé de algunos. Buenos trabajadores, pero ahora parados bajo la protección de una mínima cantidad de dinero para subsistir.
A estas personas sin trabajo pero con el golf en las venas la crisis les ha abierto una brecha infranqueable. Hay que admitirlo. El golf puede no ser caro, pero ni de lejos está al alcance de un desempleado, como tantas otras actividades.
Desde este espacio que me brinda Opengolf, y a propósito de su breve análisis publicado bajo el título ‘los clubes se reinventan ante la crisis’, propongo a alguno de los muchos gerentes que nos siguen que ha llegado el momento de solidarizarse con nuestros desempleados del golf. Por ejemplo, ¿qué daño haría ofertar un 2×1? Traiga usted a un amigo sometido al drama del paro y que él juegue gratis, entre semana.
Hay que ayudar a este colectivo desfavorecido por la coyuntura económica. Tarde o temprano, nuestro parado volverá a jugar al golf en cuanto recupere una nómina. Si usted, señor gerente, está de acuerdo, por favor contacte con Opengolf que su director le publicará en portada su oferta al respecto, que a buen seguro enseguida llegará a las páginas de los diarios. Haz el bien y, en este caso, mira a quién.
Autor: Toni Tomas Redactor Agencia EFE