La totalidad de los dirigentes de la Asociacion de Profesionales de Golf de Japón (fundada en 1957) cesarán de sus cargos después de que dos de sus ejecutivos fueran pillados relacionándose y jugando al golf con uno de los jefes de mafia japonesa.
Los 91 representantes de la PGA de Japón, en la que se incluyen el presidente Shizuo Mori, cuatro vicepresidentes y 20 miembros de la junta directiva, renunciaron a sus puestos de responsabilidad en un intento de apuntalar la confianza de la organización.
Tal decisión se debe a la noticia escandalosa revelada por la agencia Jiji Press en la que se decía que entre marzo y junio de 2013, el entonces vicepresidente de la PGA Shinsaku Maeda, de 61 años y su director Tadayoshi Bando, de 67, cenaron y jugaron al golf con un jefe de la yakuza (equivalente japonés del crimen organizado, mafia japonesa que data del siglo XVII) en la isla japonesa de Kyushu.
Esto no es que esté mal visto en ese país, sino que es una clara violación de las reglas de la PGA establecidas ya que esas mismas reglas prohíben codearse con los jefes de este tipo de organizaciones.
Tanto Bando como Maeda fueron defenestrados de la PGA en octubre. Pero sus acciones dejaron una mancha que los ejecutivos de la PGA japonesa esperan ahora borrar.
«Nos tomamos el asunto muy en serio», declaró el actual vicepresidente Nobuyuki Abe, «Queremos hacer todo lo posible para evitar que vuelvan a repetirse situaciones como estas.”
Las elecciones para los nuevos representantes de la PGA de Japón han sido programadas para el próximo mes de enero.