Durante la tercera ronda del Shriners Hospitals for Children Open Nick Watney realizó un tercer gran golpe en el hoyo 13, par 5, dejando la bola a un metro escaso para lo que parecía un birdie fácil, algo que no sucedió ya que el estadounidense falló su putt por la izquierda del hoyo demostrando que cualquier jugador puede errar un golpe por fácil que parezca.





