La flota de la Volvo Ocean Race se ha tomado un respiro en esta apasionante quinta etapa en su paso por el Océano Austral para prestar su apoyo a un importante proyecto ambiental.
Tal y como estaba previsto, los seis barcos han lanzado al mar una seria de boyas con equipamiento científico – o “drifters”- cuyo objetivo es recoger datos oceánicos de la que es -sin duda- una de las zonas más remotas del globo.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica con base e los Estados Unidos, trabaja recogiendo datos oceanográficos y meteorológicos que tienen como fin poder proporcionar a los navegantes pronósticos exactos del mar así como previsiones en las zonas cercanas a la costa y predicciones meteorológicas de corte regional.
Llegar a recopilar toda esta información de cada cuenca oceánica requiere de un esfuerzo destacable. A todo esto hay que sumar el hecho de que la NOAA no puede hacerlo sola, es por ello por lo que solicitaron la asistencia de los barcos de la Volvo Ocean Race para que fueran ellos los que lanzaran los drifters.
Se podría decir que el estudio toca muy de cerca el corazón de Will Oxley, el navegante a bordo del Team Alvimedica (Charlie Enright/USA), ya que es biólogo marino así como un navegante oceánico de alto nivel.
“Se tiene la creencia de que el Océano Austral absorbe alrededor del 60 por ciento del calor y del CO2 producido por los seres humanos”, explicaba.
“Así que como tal es un sumidero muy importante ya que absorbe el CO2 y por tanto ralentiza el ritmo del calentamiento global”
“Sin embargo, algo está impactando en el océano y necesitamos comprender mejor que tipo de impacto es”.
Para ello era fundamental crear una red de boyas flotantes conocidas como drifters; de ahí que la NOAA pidiera a la flota de la Volvo Ocean Race que les ayudara a lo largo de esta quinta etapa.
Las boyas se van moviendo a la deriva siguiendo las corrientes de la superficie oceánica y transmitiendo datos sobre la presión de la superficie y sobre las corrientes a través de una red global de satélites.
Martin Kramp es el coordinador del centro de apoyo de la Comisión Técnica Mixta sobre Oceanografía y Meteorología Marina de la Organización Meteorológica Mundial y la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO.
“La organización de eventos de vela oceánica, tales como las regatas, son un nuevo componente de gran importancia en la observación voluntaria del océano”, explicaba Kramp.
“Estamos muy contentos de que la Volvo Ocean Race esté colaborando con nosotros como parte de la regata que tienen en curso”.
Todo aquel que lo desee puede acceder a los datos de las boyas accediendo al enlace https://www.aoml.noaa.gov/phod/dac
Mientras tanto, Team Brunel (Bouwe Bekking / Holanda) ha aumentado su ventaje de 51.1 millas náuticas siendo líder desde este lunes (09.40 UTC) con unas 4.750 millas por delante para el final de etapa en Itajaí, Brasil. Eso sí, todos los barcos deberán hacer frente al paso por Cabo de Horno, sin duda el punto más delicado de todas las etapas de la VOR.
Abu Dhabi Ocean Racing (Ian Walker/GBR) – líderes de la clasificación general- están en una lucha por la ventaja frente con Team Alvimedica; Dongfeng Race Team (Charles Caudrelier/FRA), MAPFRE (Iker Martínez/ESP) y Team SCA (Sam Davies/GBR) siguen agrupados detrás de ellos.
El barco que peor lo pasó en el día de ayer fue el MAPFRE. El barco español vivió a bordo una fuerte explosión en su proa aunque por fortuna nadie resultó herido; eso sí, la zona fue reforzada para asegurar la situación.
En la pasada edición 2011-12, el Telefónica –el barco patroneado por Iker Martínez- sufrió una delaminación por lo que la tripulación se vio obligada a parar en boxes para reparar el barco. En estos momento a nadie extraña la cautela que se vive en el barco español y es que nadie quiere repetir lo vivido años atrás.
Hasta ahora los One Design Volvo Ocean 65 están aguantando bien y con gran fortaleza las condiciones más duras de la regata, algunas de las cuales (como las del paso por Cabo de Hornos) están todavía por venir.