Hay días en los que es mejor no levantarse de la cama. Y si no que se lo digan a Kevin Reinert, un antiguo coronel de la Fuerza Aérea de Estados Unidos que disfruta de su jubilación practicando el golf semanalmente en el Starmount Forest Country Club de Greensboro. Allí, hace un par de semanas, fue testigo de excepción de una de esas historias reservadas a los largometrajes de acción de Hollywood.
Y es que, mientras estaba disputando los últimos hoyos de su ronda, un coche atravesó el campo a toda velocidad y se lo llevó por delante. Y aún puede dar gracias, porque dos rótulas rotas, la fractura de su fémur izquierdo, una rotura de ligamentos y un hombro dislocado es poco para lo que podía haber sucedido.
¿Un coche a toda velocidad en medio del recorrido?
Sí, todo tiene una explicación. El temerario piloto recibe el nombre de Isaiah Jurel Fox y estaba intentando huir de la policía con un vehículo robado después de una serie de crímenes que comenzaron unas horas antes con el atraco a una tienda de moda TJ Maxx.
Pero eso no fue todo. Durante su jornada delictiva acabó involucrando a seis personas en sus nueve escenas del crimen, para poner el colofón final atropellando a Reinert y empotrando el coche unos metros después. Casi nada.
Kevin Reinert, de 61 años, estaba feliz por volver a los terrenos de juego después de un parón obligado de siete días por culpa de las lluvias. En principio sólo iba a jugar nueve hoyos, pero la emoción de estar de vuelta por esos lares combinado con su gran actuación hasta el momento le hizo replantearse que podía jugar los otros nueve. Dicho y hecho.
El otrora militar estaba a punto de cerrar una de sus mejores actuaciones en 18 hoyos cuando se le ocurrió mirar el móvil para leer un correo electrónico que acababa de recibir. Craso error. Oyó un coche acelerar, pero ya era demasiado tarde.
“No podía creerme que me sucediera esto a mí. Parecía un sueño”, declaró en una entrevista al Greensboro Record. Ahora, Reinert se recupera en casa de sus dolencias y los médicos le han asegurado que se olvide del golf durante los próximos doce meses, tiempo que quiere reducir considerablemente.
“Espero poder volver cuánto antes porque tengo muchas ganas de reducir mi hándicap de 14 a 8 en poco tiempo. Privarme de jugar al golf deberían de haberlo considerado como un delito más que imputar a Fox”, comenta entre risas. Al menos, el sentido del humor no lo ha perdido.