Las dorsales están compuestas por 12 vértebras que son el pilar de sujeción de la parrilla costal formada por también 12 costillas. Es una estructura sólida que está diseñada para proteger órganos vitales y flexible para permitir el movimiento necesario para poder respirar y para poder movernos.
El paso del tiempo, el trabajo sedentario, la atrofia de la musculatura, la falta de estímulos respiratorios de intensidad elevada provocan que esa estructura se ponga rígida y en muchas ocasiones con una expansión costal máxima, haciendo que perdamos también capacidad ventilatoria.
Durante el swing, mantener una rotación dorsal amplia y fluida es fundamental para evitar someter otras articulaciones (hombros, lumbares, cuello, rodillas, tobillos) a tensiones elevadas que puedan con el tiempo generar lesiones. El realizar una simple rutina de movilidad articular diaria (siempre dirigida por un profesional para individualizar la prescripción) más una actividad aeróbica y anaeróbica regular, puede mejorar la flexibilidad de la caja torácica y los movimientos de flexión, extensión, lateralización y rotación.
En la espalda hay una musculatura especializada en mantener la posición (musculatura pequeña existente entre las vértebras) y otra musculatura que es la que realiza la fuerza para generar el movimiento (músculos grandes que hay alrededor). Cuando:
Esto va a generar que no se puedan realizar movimientos limpios y amplios. Y es cuando se pierden los ángulos en la subida, se desplaza la pelvis a la derecha y/o a la izquierda, se levanta el tronco, en definitiva se impide que podamos rotar de tronco. Ante estos problemas, y más que pueden suceder, siempre se puede actuar y adoptar medidas que nos ayuden. Simplemente hay que tener claro sobre lo que tenemos que trabajar y para eso hay que ponerse en manos de profesionales cualificados que sepan tocar la tecla adecuada.
Combatir la falta de movilidad en nuestra espalda, o mantener la movilidad existente es algo que va a mejorar nuestra calidad de vida, no sólo nos va a permitir jugar más y mejor al golf. Nunca es tarde para adquirir buenos hábitos, pregunta a tu fisioterapeuta cuales son los adecuados para ti.