Un abrir y cerrar de ojos. Eso es lo que ha tardado el Kasumigaseki Golf Club de la ciudad de Kawagoe –a 44 kilómetros del noroeste de Tokio- en dar por finalizada la absurda medida que prohibía a las mujeres tanto ser miembros de pleno derecho del complejo como jugar durante los domingos –casi igual que la odisea que supuso durante el último año llevar este cambio a Muirfield-.
Al final, la presión ejercida por el Comité Olímpico Internacional (COI), que incluso amenazó a la organización de Tokio 2020 con trasladar la sede del Golf si no se llevaba a cabo el cambio en el corto plazo, ha sido el soplo de aire fresco para que los miembros llevaran a buen puerto el asunto.
“En el caso de que la igualdad de género no se respete, entonces nos veríamos obligados a buscar otra sede en la que se tuviera en cuenta este derecho”, afirmó el presidente del COI, Thomas Bach, el pasado viernes durante una conferencia de prensa en Corea del Sur. Y las acciones no se han hecho esperar. Este mismo lunes una reunión con los socios bastó para que la cordura se impusiera en el complejo nipón. “Hemos decidido abrir la puertas a las mujeres, tomando en consideración las tendencias del mundo y pensando en el futuro sin importar los Juegos Olímpicos”, afirmó en un comunicado el mánager del club Hiroshi Imaizumi.
Una decisión que ha supuesto una alegría tanto para el sentido común como para muchas personalidades de la vida pública del país del sol naciente. Es el caso de Yoshiro Mori, presidente del Comité Organizador Olímpico de Tokio, que ha felicitado al complejo por la celeridad con la que se han tomado las decisiones; o la mismísima gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, que después de las palabras del pasado mes en las que calificaba de “molesto” que en pleno siglo XXI mujeres y hombres no gozaran de los mismos derechos seguro que estas medidas le han llenado de satisfacción.
Una disposición que comenzará a llevarse a la práctica de aquí a no mucho tiempo y que esperemos que sea el detonante que haga estallar el polvorín de esos anquilosados clubes donde las mujeres no tienen cabida, tanto en Japón como en el resto del mundo.