Después de las visitas surafricanas y asiáticas, el circuito europeo llega a su hábitat natural, a Europa, en España, en Málaga y en el torneo que organiza Miguel Ángel Jiménez. Eso es, sin duda, un aterrizaje como Dios manda, sí señor.
El campo marbellí de Aloha se ha adelantado a la primavera, porque luce esplendoroso para recibir un buen torneo de golf, a pesar de las bajas imprevistas de José María Olazábal, otra vez con dolores en el pie derecho, y el escocés y defensor del título Paul Lawrie, enfermo.
Jiménez, de 47 años, se las ha apañado para sacar adelante este torneo con la que cae y, además, él parte como punta de lanza del golf español a pesar de que otros 23 compatriotas buscarán su oportunidad en este campo y en este torneo.
La lista de españoles es amplia, y también la foránea, con la visita muy ilustre del canadiense zurdo Mike Weir, todo un campeón del Masters de Augusta a quien merece la pena ver en acción.
Es sabido que a Jiménez, ante la tesitura de organizar y jugar, la cabeza le centrifuga a mucha velocidad, pero el mejor golfista bajo el cielo azul y el sol de Andalucía dejará en el olvido las ausencias del gaditano Álvaro Quirós, la del lesionado Gonzalo Fernandez-Castaño y la del castellonense Sergio García, este último en el Transitions Championship del PGA Tour norteamericano.
La parada del Tour europeo en suelo continental se agradece, porque después rápido volverá a buscar otras latitudes. Puede ser una buena ocasión para españoles como Rafa Cabrera, Jorge Campillo o Javi Colomo, éste invitado por Jiménez cuando supo sus aventuras por el circuito asiático.
Comunica el gabinete de prensa de la organización del torneo, que dirige María Acacia López-Bachiller, que Jiménez le echó morro y le preguntó a Tiger Woods si se venía a jugar el torneo. Y lo hizo de esta manera: «Anda Tiger, vente para el Open de Andalucía, que la cosa está muy achuchá y tú me arreglas el torneo. Dinero no te puedo dar, pero sí un buen hotel, pescaíto frito, te lo ibas a pasar bomba!… Él se rió».
Pues él (Tiger) se lo pierde, porque en Marbella no sólo habrá sol, buen campo y buen ambiente sino que se verá golf de mucha, mucha calidad.