No hay cosa que haga más feliz a un jugador de golf que encontrarse con unos greenes en perfecto estado, pero el que la zona más delicada de un campo de golf se encuentre en óptimas condiciones es una labor conjunta en la que el golfista tiene parte de responsabilidad.
El arreglar los piques que causamos a consecuencia del impacto de la bola es una labor que no todo el mundo realiza. Solo basta observar a la partida que nos precede y ver en cuantas ocasiones dejan a un lado esa obligación que va más allá de la etiqueta.
Recuerde que el arreglar un pique, o mejor dos, cada vez que usted entra a un green ayuda a que todos estemos un poco más contentos en ese día de juego, pero… ¿sabemos arreglar un pique de forma correcta? Pues parece que no, que algo tan sencillo como eso, en lo que emplearemos apenas unos segundos, no sabemos hacerlo.
Pasos a seguir:
Utilizar un arreglapiques de material duro o en su ausencia un tee largo. Arreglar el pique desde el lado opuesto a la entrada de la bola (donde se ha acumulado el césped). Insertarlo con un ángulo de 45 grados.
Moverlo hacia el centro del pique con el objetivo de cerrar la herida ¡no hay que levantar el centro del pique! (es el error más común y más contraproducente). Repetir esta operación hasta cerrar la marca. Al empujar con el tee se va rellenando sin romper la hierba y sin generar separaciones de las raíces.
Otra cosa a tener en cuenta es desechar el trozo de hierba que arrancó la bola. El intentar tapar el pique con ella hará que se seque y retrase el proceso de regeneración.
Nivelar con el ‘putter’ o con el pie la zona. Tiempo dedicado: 10 segundos.