Ballesteros calificó el campo de Costa Teguise Golf como «el mejor diseñado de las Islas Canarias«
Jugar al golf en Lanzarote es mucho más que practicar deporte: es adentrarse en un paisaje que parece de otro planeta. Los dos campos de la isla —Costa Teguise Golf y Lanzarote Golf— ofrecen experiencias únicas, moldeadas por la fuerza de la naturaleza y el carácter volcánico del entorno. Su sello más distintivo: los bunkers de arena volcánica, oscuros, desafiantes y profundamente ligados a la geología insular.
Esta arena, derivada de lava fragmentada y erosionada, presenta una textura más gruesa y densa que la arena de sílice tradicional. Más compacta y menos suelta, cambia por completo el juego dentro del bunker: la bola tiende a quedar más expuesta que en la arena fina, pero el golpe requiere mayor fuerza y técnica, debido al peso de esta arena única, conocida localmente como picón.
Severiano Ballesteros calificó Costa Teguise como "el mejor diseñado de las Islas Canarias"
Costa Teguise Golf: técnica entre lava y palmeras
Diseñado en 1978 por el reconocido John Harris, Costa Teguise Golf serpentea por las faldas de un antiguo volcán, entre lava solidificada, más de 3.500 palmeras y cactus. Sus 18 hoyos (par 72, 6.109 metros desde barras blancas) exigen precisión, especialmente con los constantes vientos alisios que redefinen cada golpe.
Los bunkers de arena volcánica están integrados con una intención tanto estética como funcional, alineados con la filosofía de César Manrique de respetar y armonizar con el entorno natural. Para Severiano Ballesteros, “el mejor campo diseñado en las Islas Canarias”, y buena parte de esa distinción la aportan estos obstáculos oscuros que no solo complican el juego, sino que encapsulan el alma del paisaje lanzaroteño.
Lanzarote Golf: amplitud y vistas al océano
Situado en Puerto del Carmen y obra del prestigioso Ron Kirby, Lanzarote Golf ofrece una experiencia moderna con 18 hoyos par 72 y más de 6.100 metros de recorrido tipo link. Sus calles amplias, sin urbanizaciones en el horizonte, brindan unas vistas espectaculares al Atlántico y a la vecina Fuerteventura.
Aquí también la arena volcánica es protagonista, con bunkers estratégicamente colocados que exigen planificación y creatividad. El viento habitual suma una dimensión táctica al recorrido, convirtiendo cada vuelta en un reto diferente. Ideal para golfistas de todos los niveles, el campo cuenta con instalaciones modernas y una Casa Club perfecta para relajarse tras el juego.
Un consejo habitual entre los jugadores: llevar en la bolsa un «hierro picón«, específico para golpear en bunkers de arena volcánica sin dañar el resto de los palos.
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