Trump y Abe se citan en EE.UU. para tratar sus relaciones… ¡sobre el campo compartiendo equipo!

Ambos políticos se verán las caras esta semana para discutir sobre política mientras practican el swing. Foto: @JPN_PMO

No hay semana en la que el ahora presidente de los Estados Unidos no se gane unos minutos de gloria en los medios de comunicación. Que si la construcción del muro deberían pagarla los mexicanos, que si los problemas de terrorismo se solucionan prohibiéndoles la entrada a los ciudadanos de siete países en concreto, que si ocurre un ataque las culpas deberían achacarse al juez Robart por prohibir el veto a estos países de mayoría árabe… Ser corresponsal en el país de las barras y estrellas se ha convertido en toda una profesión de riesgo, aunque entretenida a la vez. Y a raíz de esto el Golf está cogiendo también protagonismo. Para bien, por suerte.

Y es que, al menos, Donald Trump está empleando este deporte para algo tan sano como ganarse la confianza de otros líderes internacionales. Aprovechando su gran imperio de campos–y que Matsuyama está al alza, todo sea dicho- el magnate norteamericano ha invitado al primer ministro japonés Shinzo Abe a disputar esta semana una ronda en el Mar-a-Lago Club de Palm Beach (Florida). Pero Trump no se ha conformado con invitar al político nipón a pasar una agradable mañana de deporte y naturaleza, sino que además le ha instado a formar equipo.

“Jugaremos un partido de Golf, que ya es un gran avance en las relaciones”, bromeó Trump en una entrevista concedida este pasado domingo en la Westwood One Sports Radio. “Disfrutando de una ronda se llega a conocer mejor a una persona que durante el protocolario almuerzo”, sentenció el multimillonario. Y en esto no le falta razón, sobre todo si a la otra parte también le apasiona este deporte, como ya ha demostrado en alguna ocasión Abe.

No hay que olvidar que el pasado mes de noviembre, el japonés obsequió a Trump con un driver Honma Beres valorado en la friolera de 3755 dólares, una cantidad que habla bien de la excelencia y el tacto del asiático a la hora de agasajar a su homónimo americano. Esperemos que sea tan ducho con el palo en las manos como con los regalos.