Bajar diez puntos de hándicap requiere cosas distintas dependiendo del nivel del jugador. No es lo mismo pasar de la barrera de los 100 golpes a los 90 golpes que pasar de los 90 a los 80.
Vamos a imaginar que tu media de golpes ronda los 100, más o menos hándicap 28. En este caso las cosas que más influyen son tu capacidad de poner la bola en juego desde el tee de salida y no necesariamente con el driver, reducir la cantidad de penalidades que cometes (fuera de límites, lagos, etc), coger el green cuando aprochas y reducir la cantidad de putts que haces a una media alrededor de 40 putts en 18 hoyos.
Si tu media de golpes es de 90 (Alrededor de hándicap 18), las exigencias empiezan a ser otras. Desde el tee de salida tienes que poner la bola en juego, pero tienes que empezar a hacer cierta distancia, así que el driver tienes que empezar a poder pegarlo más o menos bien. Con el golpe alrededor de green ya tienes que empezar a dejar bolas en un rango de distancia lo suficientemente cerca para darte opciones de par o bogey. La media de putts ya tiene que rondar los 36 putts en 18 hoyos y la estrategia de juego empieza a ser relevante.
Con una media de 80 (alrededor de hándicap 8) tu juego tiene que ser mucho más consistente. La eficiencia desde el tee de salida empieza a ser casi esencial. Los golpes a green tienen que ser más precisos, especialmente de 100 metros para abajo, donde el porcentaje de bolas en green debería ser alto. Tu juego corto tiene que ser uno de tus fuertes y tu putt también. En esta fase la estrategia y la gestión de tu juego son muy importantes.
Cuando llegas a hándicap de 5 para abajo el nivel de exigencia es muy grande. No solo todas las áreas tienen que tener cierta regularidad, sino que además tienes que estar preparado para las exigencias mentales y emocionales que se te van a plantear durante la vuelta.
Todas estas fases requieren niveles de habilidad y preparación distintos. El mayor problema que veo yo en el día a día es la falta de una planificación adecuada de cómo ir pasando de un nivel a otro.
Aquí es donde la labor de un entrenador es esencial. A la hora de planificar la mejora el jugador y el entrenador tienen que pasar 4 fases:
Vamos a imaginar que queremos bajar 10 golpes de media nuestro resultado durante un periodo de un año. Primero hay que evaluarse junto con tu entrenador o profesor en 6 áreas técnico/tácticas básicas:
Después de evaluar marcamos objetivos de acuerdo con nuestra meta y nuestras necesidades. De esta manera las sesiones con nuestro entrenador serán muy específicas conforme a nuestros objetivos y necesidades.
Una vez establecidos los objetivos hacemos una prescripción de lo que se tiene que hacer para alcanzarlos. Las clases o sesiones con tu entrenador tienen que ser parte de un plan, en este caso anual, bien estructurado y planeado que vaya encaminado a alcanzar los objetivos, en este caso bajar 10 golpes nuestro resultado medio. Así que todas las áreas deben abordarse, pero en cantidades distintas depende de las necesidades personales del jugador.
Hay que distribuir el tiempo y volumen de las sesiones y de los entrenamientos de acuerdo con el objetivo, para ello tenemos que tener planificado como y cuando vamos a trabajar las distintas áreas básicas de tal manera que trabajemos todas pero que se haga más hincapié en las que necesitan más trabajo.
Durante el año tenemos que supervisar la progresión a través de estadísticas y test que te proporcione tu entrenador, para así poder ir adaptando las sesiones y entrenamientos a las mejoras que se vayan realizando.
Recuerda que la verdadera habilidad en el golf es hacer pocos golpes cuando no estás jugando bien. Para lograr esto tienes que desarrollar una serie de habilidades efectivas que te respalden cuando no estás en tu mejor momento.
Tener un plan de mejora continua es la clave.
José Vicente Pérez es profesional de Golf y Vicepresidente de la PGA de España.
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