Realmente, nuestro juego en el campo es un reflejo de lo que somos en esencia. Sobre todo, cuando las cosas se tuercen, emerge ese personaje “villano” que tenemos todos escondido y que no nos gusta mucho sacar de paseo. Quien es tramposo en el golf, seguramente, también en su día a día, buscará atajos en cuanto tenga oportunidad. Como reza el dicho (algo retocado): “Dime cómo juegas y te diré cómo eres”.
Hace unos días tuve la gran fortuna de poder jugar el torneo que organiza OpenGolf, uno de los mejores que he jugado en los últimos años, además de tener el privilegio de volver al precioso campo de Font del Llop.
Tuve el placer de jugarlo con tres compañeros de partida que aún me hicieron disfrutar mucho más del día y de este maravilloso deporte. Pero esto no ocurre siempre y, a veces, nos toca jugar con personas que nos pueden incomodar por su actitud en el campo. La pregunta es si en alguna ocasión hemos podido ser nosotros ese compañero incómodo.
Siempre que leemos o vemos un vídeo sobre clases de personas, solemos pensar en nuestro amigo/a, cuñado/a o cualquier otra persona y muchas veces nos olvidamos que nosotros podemos ser en alguna circunstancia ese tipo de jugador. Hoy os traemos una clasificación o tipología de posibles personalidades dentro del campo. Vamos allá:
Son autoexigentes y se fuerzan al máximo en cada golpe. Por muy bueno que sea el golpe, nunca lo reconocerán y pondrán pegas. Si un putt desde 12 metros la dejan a 10 cms. del hoyo, se lamentarán por no haberlo metido.
El machaque mental interior es constante y va a ser complicado que disfruten del golf. Suelen ser muy lentos en cada swing. Siempre con el foco en el error.
Son personas que siempre te van a ayudar a buscar bolas, siempre están animando y suelen olvidarse de ellas mismas. A veces, cuando estas personas no reciben lo mismo a cambio, se encierran en sí mismas y de repente se van del partido.
Son bastante disciplinadas y cumplidoras con las normas. Su intención siempre es hacer lo más agradable posible el entorno de la partida.
Son jugadores que tienen una gran facilidad de entablar una conversación sin ser pesados.
Siempre enfocadas al resultado lo que, a veces, no les permite disfrutar del juego. Son jugadores que cuando están centrados te diviertes y son muy entusiastas, pero cuando les sale una mala ronda pierden la paciencia y sus gestos llegan a ser agresivos. Siempre buscan la adulación y la admiración de sus maravillosos golpes.
Cuando su compañero hace un buen golpe le da la enhorabuena, aunque, por dentro, está rabiando. Son extremadamente competitivas. Pon una cerveza como apuesta y es pura gasolina para su golf. Pero, a veces, esta gasolina se convierte en impaciencia y por tanto en excesiva tensión.
Son jugadores que en los torneos se crecen. Tienen tendencia a las trampas por su necesidad de ganar.
Todo lo que le digas puede ser tomado en tu contra, tanto si le animas como si no, el se lo tomará a nivel personal. Son muy sensibles emocionalmente y realmente inestables en el campo. Y sobre todo están en constante queja y crítica. Nada les viene bien y todo les puede llegar a molestar: el aire, los conejos, la partida del hoyo de al lado…
Pueden perder con facilidad la confianza en su juego. Raramente están satisfechas.
Parece que les cuesta conversar y que están jugando solas. Se sienten incómodas en las relaciones y si pudieran jugarían siempre solas. Pasar desapercibidas es su objetivo. Eso si, si logras acercarte a esta persona y te da su confianza, se convierte en un gran compañero de golf para la eternidad.
Suelen ser muy analíticas y su swing suele ser con un ritmo pausado y sereno. Su lema suele ser “mejor sola que mal acompañada”.
Cada golpe es un peligro y el agua, los fueras de límites o los árboles son sus mayores enemigos. De todo hace un mundo en su interior y su tensión se puede tocar. La falta de confianza debido a este temor, les suele bloquear y hacer que su cuerpo esté en constante tensión.
En torneos raramente harán buen resultado, pues los nervios la atenazarán. Suelen ser negativas y su lema es: “Después de Birdie…Mierdi”.
Son estas personas que suelen arriesgar siempre y que tiende a buscar el golpe perfecto…230 metros a green y sin dudar siempre cogen la madera 3 aunque haya agua y el viento esté en contra. La rutina no va con ellas y suelen ser muy rápidas jugando. Tienden a desconcentrarse con facilidad y no vivir el momento presente.
Suelen ser personas muy dicharacheras y positivas, pero cuando las cosas salen mal, son personas muy iracundas y que no tienen filtro al mostrar sus emociones.
Este es el tipo de jugador que decimos que se agarra al campo, controla cualquier cosa que ocurre en la partida, los golpes de los rivales, las reglas y la demostración de su conocimiento del juego.
Son personas intensas y con un carácter duro y a veces agresivo. Son muy directas y sus comentarios pueden ser realmente hirientes. Pero a su vez, les fastidia mucho que les corrijan o les llamen la atención. Se creen dueños de la verdad y tienen problemas con quien les lleva la contraria. Emocionalmente son muy propensos a la ira cuando se les provoca.
Estos jugadores parece que no sangran ni se ponen nerviosos por nada ni nadie. Solo buscan estar en paz y que nada les perturbe su paseo por el campo. Ni siquiera, como marcador, será capaz de discutir el número de golpes en un hoyo de su compañero, aunque tenga claro que se está apuntando uno de menos. Evita el conflicto y si le toman mucho el pelo, como mucho adoptará una actitud irónica o sarcástica, pero raramente son directos en sus apreciaciones.
Son muy influenciables y es fácil que otro jugador les saque del partido, su confianza a veces es bastante vulnerable a los comentarios externos.
El campo de golf es un gran espacio de auto-observación, donde todas las emociones emergen de una manera u otra. Cada recorrido en cualquier campo de golf es totalmente incierto y mantener un estado emocional, mental y corporal equilibrado es un recurso que hará que podamos gestiona esta incertidumbre en cada golpe que toca.
Todas las personas que juegan al golf saben que en algún momento tienen que corregir cosas de su swing, cambiar los palos o mejorar su putt, pero ¿por qué nos cuesta tanto reconocer que, quizá tenemos que aprender a mejorar nuestra concentración, la actitud, el lenguaje interior o aprender a gestionar nuestras emociones?
Si logramos trabajar los aspectos del swing interior, sin duda repercutirá de manera directa en nuestro desempeño personal y profesional fuera de los campos de golf.
No lo olvides, jugamos como realmente somos. Obsérvate, sobre todo, cuando tienes un mal día, cuando emerge Mr.Hyde. Ese momento te dará muchas pistas para mejorar tu swing interior.
Ahora que ya sabes qué mejorar toca currar para ser mejor golfista y crecer como persona. ¿Se te ocurre alguna otra personalidad dentro del golf?
David Espinosa es Coach Deportivo y facilitador de procesos en equipos. Además de un apasionado del golf e investigador de todo el backstage que implica este gran juego en la parte mental y emocional.