Hoy empezamos una serie de artículos relacionados con algunas de las emociones básicas que todxs tenemos en común y que nos acompañan en el golf y en la vida. Quiero empezar creando un marco para entender qué son las emociones, su función en nuestro día a día, el mensaje y cómo gestionarlas para darles una interpretación mental que nos sume sea cual sea la circunstancia.
Hay cientos de definiciones sobre el concepto de las emociones y son objeto de estudio desde hace miles de años, aunque ha sido desde el siglo XX cuando más se ha podido investigar sobre su origen y su función en nuestro organismo.
Podemos decir que las emociones son reacciones psico-biológicas provocadas por una “imagen” interna o externa que nos provoca una conducta o una acción concreta. En estos artículos nos referiremos a emociones básicas, que son aquellas innatas y comunes a todo ser humano y veremos el factor mental o el “lenguaje interno” que da cada persona. A esto le llamaremos gestionar las emociones.
Para poner un ejemplo, imagínate un grifo con mucho caudal, el caudal es la intensidad que puedo dar a una emoción y la llave del grifo es la capacidad que tengo de elegir cuánto necesito en cada momento o situación concreta.
Por lo tanto, las emociones básicas son innatas y son reflejadas sobre todo en sensaciones corporales a veces sutiles y otras muy evidentes. Inmediatamente entra en juego nuestra querida mente, con toda la información acumulada durante muchos años y que es la encargada de decidir qué acción, decisión o reacción tomar.
No olvidemos que realmente no somos seres racionales, en verdad, “somos seres emocionales que razonamos”. La emoción dirige nuestras decisiones, conductas y tipos de personalidad.
El jugador que tenga la capacidad de aprender a dar el caudal correcto emocional en cada momento del juego, tendrá un punto más que diferencial respecto a otros jugadores con dificultad para gestionar su emocionalidad.
¿Hasta qué punto influye un par de hoyos malos? ¿Qué percibes en el cuerpo cuando esto ocurre? ¿Cuál es el lenguaje que utilizas tanto a nivel interno como externo?
Y dirás: “Cuando me ocurre eso no estoy yo para mirarme el cuerpo y hacerme preguntas, lo que quiero es tirar los palos al lago”. Y así es, porque nadie nunca nos enseñó a parar, observar, analizar y corregir nuestro lado más emocional. Por lo que esto, no es ni más ni menos, entrenamiento para generar un nuevo swing interior. No hay mejora sin consciencia y acción.
Por ejemplo, si llevamos unas partidas llevándonos la bola a la izquierda con unos hooks interesantes, lo primero sería detectar cuál es el gesto técnico que provoca ese fallo y, cuando lo tengo claro, no nos queda otra que entrenar para corregir e interiorizar el nuevo swing. A veces, no somos capaces de tomar consciencia por nosotros mismos y tiene que ser un profesional el que nos haga ver cuál está siendo el problema.
Lo mismo pasa con mi gestión emocional. Todo jugador/a tiene un bagaje personal que influye directamente en su juego y que han sido generados a partir de una manera de vivir y una experiencia que han marcado su carácter. Pero esto no significa que tenga que ser así siempre. Nuestra conducta puede ser modificada a través de, en primer lugar, tomar consciencia de lo que queremos mejorar y, en segundo lugar, acciones concretas que ayuden a crear nuevos hábitos y aprendizajes.
En los siguientes artículos desglosaremos cada emoción y analizaremos el mensaje implícito que nos da, qué ocurre a nivel corporal y los mensajes a nivel cognitivo que pueden desencadenar. Y, por último, ejercicios prácticos para tener un buen swing emocional que te permita gestionar ese caudal con el fin de restar golpes a tu tarjeta o al menos para que disfrutes de este maravilloso deporte. Lo veremos desde una perspectiva amateur y os daremos las mismas herramientas que utilizan muchos profesionales para mejorar este aspecto tan importante en cualquier deporte y, desde luego, en nuestro desempeño diario a nivel profesional y personal.
Hablaremos de la rabia, de la tristeza, del miedo, de la alegría e incluso de una emoción que no se tiene en cuenta como es la ternura.
Así que bienvenidos a la vuelta al cole, la próxima parada LA RABIA.
¡Qué tengáis un día “emocionante”!
David Espinosa es Coach Deportivo y facilitador de procesos en equipos. Además de un apasionado del golf e investigador de todo el backstage que implica este gran juego en la parte mental y emocional.