La emoción estaba en todo lo alto. Faltaban dos banderas para dar por finalizados los 72 hoyos reglamentarios y la clasificación reflejaba un empate en lo más alto entre Chris Kirk y Sahith Theegala. Entonces el primero de ellos obró la magia y, con la bola situada en la parte izquierda de la calle -a 209 yardas de la bandera- llevó a cabo un golpe brutal que dejó la bola a poco más de medio metro del fondo del agujero. Una maniobra que le permitió, a la postre, despegarse de su compatriota y otorgarle la victoria.
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