Una vuelta por encima del par en la segunda y última jornada de los foursome sitúa en casi una proeza que el equipo español consiga levantar su quinto título en la Copa del Mundo que se está disputando en el Kingston Heath Golf Club de Melbourne (Australia). Jon Rahm y Rafa Cabrera-Bello, quienes hasta el momento habían firmado dos fantásticos días con 69 y 67 golpes, respectivamente, no pudieron demostrar el mismo nivel que en días pasados y se fueron hasta los 73 impactos, un uno por encima del par que les hace abandonar momentáneamente el podio de esta competición. Aunque solo por el momento.
Lo cierto es que España sufrió un severo castigo esta ronda sabatina en Oceanía. El juego no fue nada malo, e incluso hasta en ocasiones rozó la excelencia. Sin embargo, y como suele vaticinar el refranero popular, si perdonas lo acabas pagando. Y a la Armada le acabó sucediendo esto mismo después de no haber sabido aprovechar las numerosas oportunidades de birdie que cayeron tanto en las manos de Jon como de Rafa. Tres bogeys y dos birdies en el día que les hacen bajar hasta el cuarto puesto, compartiéndolo con japoneses y franceses y situándose a dos impactos de los chinos, a tres de los estadounidenses y a siete de los daneses, que muy mal lo tendrían que hacer para no disfrutar del primer triunfo de su historia en este torneo.
Y es que la jornada de fourballs es la que todo el mundo espera cuando lo que se quiere es defender un puesto. Más oportunidades de firmar un birdie, menos de cometer errores de bulto… En definitiva, que tanto Soren Kjeldsen como Thorbjorn Olesen tendrían que vivir una auténtica pájara para caerse de ese primer cajón. Aunque nunca se sabe, y es que todavía los aficionados tienen presente el -12 del combinado escandinavo del pasado viernes y la esperanza de que pueda ser repetido por otro país. Difícil, pero no imposible.
De momento, a España le tocará remar desde el antepenúltimo turno del día junto a los galos Victor Dubuisson y Romain Langasque y en el hoyo 18 de este sábado han dado una pequeña muestra de que todavía queda lugar a la esperanza. Tirazo desde el tee de Rafa, John buscó trapo y el canario, desde medio metro, firmó el birdie. La fórmula está ahí, ya solo queda aplicarla.