La grandísima ronda llevada a cabo por Rafa Cabrera-Bello y Jon Rahm no fue suficiente para pelearle la victoria a la pareja danesa. El -13 que finalmente ha campeado en el marcador de la Armada ha sido un fiel reflejo de lo que nos hemos podido encontrar esta semana sobre el Kingston Heath Golf Club de Melbourne (Australia): un grandísimo trabajo sin apenas recompensa. Los seis birdies sin errores obtenidos por la pareja española sirvieron para igualar la ronda de los daneses Kjeldsen y Olesen, pero la distancia adquirida por los nórdicos en los tres anteriores días fue una losa muy pesada contra la que batallar.
Nuestros chicos se entregaron en cuerpo y alma a una causa que desde el final de la ronda sabatina tenia tintes quijotescos. El doce bajo par de los daneses en los fourballs del viernes había puesto muy difícil cualquier conato de acercamiento. Los escandinavos lo sabían, sus rivales lo sabían y solo con aguantar las embestidas de sus perseguidores, Dinamarca iba a poder inaugurar su casillero de victorias en la Copa del Mundo. Y así es como fue. Aunque no todo se desarrolló de la forma que estos habían imaginado, más que nada porque en los primeros nueve hoyos su escaso acierto en los greenes permitió que sus rivales se crecieran.
Un birdie y un bogey fue el escaso bagaje de Kjeldsen y Olesen antes de aparecer por el tee del 10. Fue su único momento de debilidad en los últimos 54 hoyos. Y es que a partir de aquí volvieron a poner en marcha la maquinaria y con seis birdies en las últimas nueve banderas sentenciaron un campeonato que no vieron peligrar en ningún momento. De nada sirvió la grandísima ronda de los galos Dubuisson y Langasque –nueve birdies sin error-, que les aupó al segundo cajón del podio empatando con China (-16) –Ashun Wu-Haotong Li- y Estados Unidos (-16) –Rickie Fowler-Jimmy Walker-,tampoco la de nuestros compatriotas, que se fueron hasta el octavo puesto tras Suecia (-15) –Noren-Lingmerth-, Japón (-14) –Matsuyama-Ishikawa- e Italia (-14)–Molinari-Manassero-.
Los birdies son la salsa de este deporte y una vez más ha quedado patente que la efectividad es clave cuando existe tanta calidad entre los jugadores que forman un torneo. Ahora toca reponer fuerzas para lo que se espera que sea un emocionante 2017. Rafa y Jon se lo han ganado.
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