Ni Tour Championship, ni cheque y, casi con toda probabilidad, sin galardón al mejor jugador del curso en el circuito norteamericano. El golfista australiano acabó de un plumazo con todas sus aspiraciones este año tras retirarse el pasado viernes en el East Lake antes de salir al tee del hoyo 8. Otra vez la espalda ha sido la causante de un abandono que ya se barruntó a comienzos de semana, cuando se encargó de explicar a los periodistas que no estaba al cien por cien. “Cuando estoy en la parte de arriba del swing, siento como si mis caderas se separaran un poco y crujieran”, comentó el aussie. “Es doloroso”, matizó.
El actual número 1 del mundo selló una gran actuación en sus primeros 18 hoyos, entregando una tarjeta con 67 golpes y situándose a uno solo de la tripleta encabezada por Matsuyama, Chappell y DJ. Sin embargo, al comienzo de la segunda ronda dijo basta. Tras sellar el par en el hoyo 7 –llevaba hasta el momento un birdie y un bogey- y encontrarse muy cerca de los líderes indicó que lo dejaba, que no podía más. “Jason sufre una distensión muscular en la parte baja derecha de su espalda. Se retira como medida de precaución, pero debería estar bien con el descanso que le va a proporcionar la postemporada”, afirmó su agente.
Así pues, finaliza el 2016 para Day con unos números envidiables. T10 en el Masters, T8 en el US Open, segundo en el PGA y las victorias en el Arnold Palmer, el WGC Match Play y el The Players que le han permitido colocarse ininterrumpidamente en el número 1 del mundo desde el pasado mes de marzo.
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